Cuando Rachel Meghan Markle camine hacia el altar de la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, este sábado 19 de mayo, estará haciendo historia. En la última gran boda real de los últimos 25 años, será la primera estadounidense multirracial y divorciada –también actriz de televisión– en unirse en matrimonio con un miembro de la Casa de Windsor.
Al gran acontecimiento solo asistirán 600 invitados, pero una ausencia dominará la ceremonia de una hora: la de la madre de Harry, la difunta Diana, princesa de Gales.
El príncipe ha insistido en invitar a toda la familia Spencer, incluidos los hermanos de Diana: Charles, Sarah y Jane. Harry le ha pedido a esta última, la primogénita, que lea un discurso, con la intención de que sus palabras y presencia recuerden a los congregados –y al mundo– a la princesa fallecida tan prematuramente.
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