La reaparición televisiva más esperada ha tenido lugar en 'Sábado Deluxe'. Belén Esteban escenificaba su vuelta a los platós después de un verano de ensueño y tras anunciar en Lecturas su boda con Miguel Marcos. Un 'belenazo' jugoso, pues su enlace ha suscitado muchísima expectación. Tanta como controversia han causado algunos temas que sus compañeros de 'Sálvame' han puesto sobre la mesa. Belén llegaba disgustada precisamente con todos ellos, pues la gran noticia que tan feliz le hace, para ella, ha quedado desdibujada por asuntos que, se ha demostrado, merecían desarrollados, o al menos matizados, como era el caso del régimen matrimonial en el que van a casarse ella y Miguel. Y así ha hecho.
Esteban no tenía otra salida para detener las especulaciones que aclararlo abiertamente. "Me caso como se tiene que casar la gente en este país: por separación de bienes", declaraba con contundencia. También ha contado por qué se había resistido tanto a decirlo. Y es que se trata de un motivo de peso: proteger a la persona que más quiere, su pareja.
Abordado ya este tema, la colaboradora televisiva ha aclarado que fue ella quien se lo planteó a Miguel. "Se lo planteé yo, porque él no quería", ha contado.
Precisamente esta parte de la entrevista ha sido la que más nerviosa ha puesto a Belén y ha llegado a enrocarse ante las presiones de sus compañeros. Finalmente, se ha dado cuenta de que no era la actitud más edificante para todos, ha pedido perdón y se ha justificado: "Sé que he perdido las formas, pero tenéis que entender que, por la persona que más quiero saco las uñas. A mí, podéis meterme la caña que queráis, pero respetad a la persona que quiero y con quien me voy a casar".
Y es que a Esteban le ha dolido siempre muchísimo que se describa a Miguel como un "mantenido" y sabía que este asunto concreto volvía a incidir en este asunto. "Parece que Miguel es un muerto de hambre. Que le dejen de mantenido me afecta a mí, a él y a nuestras familias", ha afirmado preocupada, pero firme. Un mensaje que tenía un claro destinatario: Diego Arrabal, su bestia negra desde que anunció su boda.
La tertuliana llegaba enfadadísima a propósito de los ataques que le había dirigido el periodista, especialmente, el comentario de que se había elegido el 22 de junio, porque Miguel "tenía que trabajar muchos meses para pagar la boda. ¡Vamos, hombre! ¿Estamos locos? Miguel trabaja como cualquier españolito".
Una acusación que la ha dejado alterada, no solo por el contenido, sino por la falta de reacción que generó en la dirección de 'Sálvame'. Y así lo ha hecho saber: "Respeto a la dirección del programa, pero cuando dijo esto Diego Arrabal tendrían que haber dicho: "Por ahí no".
Mila Ximénez, sabiamente y con la cabeza más fría, le ha querido hacer ver que, "cuanto más hablas de Miguel y de su economía, más débil le vuelves. ¿Qué importa el dinero que tiene?".