Blanca Fernández Ochoa: El dolor de su madre, Dolores Ochoa, tras la pérdida de dos hijos

Dolores Ochoa, de 93 años, está refugiada en su hogar rodeada de sus más íntimos, al igual que hizo tras el triste adiós de Paquito en 2006. La familia está ahora muy centrada en aliviar el profundo dolor de la matriarca

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Conmoción y dolor, así está el mundo desde que hace unas horas se confirmara la peor de las noticias: Blanca Fernández Ochoa aparecía pero, lamentablemente, sin vida tras 11 días desaparecida y cuatro de intensa búsqueda. La esquiadora, de solo 56 años, ha dejado desolados a sus dos hijos, sus hermanos, sus amigos y al país en general, pero hay una figura que llora en la más estricta intimidad el adiós inesperado y desgarrador de Blanca, su madre Dolores.

Dolores Ochoa es, precisamente, la mayor preocupación de la familia Fernández Ochoa en estos durísimos momentos. Ya muy mayor y tras conocer la noticia, la madre de Blanca está destrozada y ahora toda su familia está volcada en ella y su único objetivo es aliviar su enorme dolor mientras luchan con el propio. Un trance que desgraciadamente ya conoce; Dolores ya perdió a un hijo, Paquito Fernández Ochoa, con la misma edad con la que Blanca se ha marchado.

Dolores Ochoa es la matriarca de un clan de campeones que siempre se mantuvo en la sombra del éxito de sus hijos, pero muy cerca de ellos. La madre de Blanca Fernández Ochoa ya es muy mayor, tiene 93 años, y ya sufrió uno de los palos más grandes de su vida en 2006 cuando su hijo Paco se marchó de forma muy injusta tras luchar contra un cáncer linfático.

Dos pérdidas antinaturales ante las que Dolores Ochoa lucha alejada del foco que estos días está sobre su familia pero arropada por los suyos. La propia Blanca dijo en alguna entrevista que buena parte de ese carácter luchador de ella y sus hermanos era herencia de su progenitora, que ha trabajado prácticamente toda su vida en la restauración. De hecho fue gracias a su trabajo como cocinera de la Federación Española de Esquí -donde el padre de la familia, Francisco Fernández trabajaba también- por lo que la familia se mudó a Navacerrada, en Cercedilla, y de ahí nació la pasión de los Fernández Ochoa por el esquí y la montaña. La familia numerosa había vivido hasta ese momento en Carabanchel.

Mudarse a la montaña fue un gran cambio especialmente para Dolores y así lo confesó en su última aparición en televisión, hace 9 años en TVE, donde aseguró que "había pasado unos inviernos muy duros", aunque entendía que todo aquello era "buenísimo" para sus ocho hijos. Un espíritu luchador y de trabajo incansable que transmitió a su numerosa familia.

Blanca llegó a la familia Fernández Ochoa como un regalo, la primer niña después de cinco varones y siempre dio muchos alegrías a sus padres y hermanos. Blanca era "la flor" de Dolores Ochoa, como ella misma dijo en esta última entrevista que concedió y de la que ha pasado ya una década. "Mis hijos son lo mejor que tengo, son maravillosos", dijo emocionada y con el dolor de la pérdida de Paquito aún muy presente. ​

La familia Fernández Ochoa, que ha participado en la búsqueda de Blanca durante las cuatro jornadas en la sierra de Guadarrama, tienen previsto celebrar un sepelio en el tanatorio de Cercedilla, donde los hermanos crecieron. Además, los hijos de la ex esquiadora, Olivia y David, tienen el deseo de encinerar a su madre, aunque todo depende de los resultados del Instituto Anatómico Forense de Madrid y están a la espera de la decisión del juez.