Aunque Bertín Osborne siempre intenta poner su mejor cara delante de la cámara y es portador de una gran sonrisa, pocos saben que su vida está marcada por la muerte de sus seres queridos desde que era muy joven. En el último programa de la temporada de 'Mi casa es la vuestra' se ha abierto en canal con María Teresa Campos, con quien ha charlado sobre los capítulos más tristes de su vida.
“Nos han venido muchos golpes a destiempo. Se te muere una madre, da igual la edad que sea, es horrible. Puedes estar más preparado si se te muere con 94 que con 60 años”, confesó el cantante que, en la vorágine de su carrera como artista, se arrepiente de no haber “disfrutado” tanto de ella como debería. “Pienso constantemente en ella, tengo una foto de ella en la mesita de noche”, le contó a María Teresa Campos.
“Cuando empezó con la enfermedad yo estaba en Miami y no le das importancia excesiva hasta que ya es tarde, aunque lo peor del mundo es perder a un hijo”, dijo. El cantante reveló cómo, a muy temprana edad, su hijo se murió en sus brazos. “Fue en un pasillo de La Paz donde murió mi primer hijo y salvaron a mi penúltimo hijo”, recuerda.
Sandra, la primera mujer de su vida
Otro duro mazazo en su vida fue la pérdida de Sandra, a la que define como “la madre de mis niñas y una persona espectacular y muy particular. Ella no quería salir del campo, decía siempre que era de Santiago, la finca de Jerez, estaba feliz allí”, comenta sobre ella.
Su amor acabó por la inmadurez. "No te puedes casar con 21 años y a los 4 años se te abre el mundo, era inevitable que aquello acabara bien y acabó muy bien. Fuimos amigos y ella me llamaba a mí pidiéndome consejos cuando ya estaba casada con el otro”, confesó.
La conoció en la caseta de la Feria de Jerez y su suegra, “una mujer fantástica”, le llamaba el peligro amarillo. Tiene muy buena relación con su familia política, a los que dice que “adora”.
Su hijo mayor, su ángel
Kike padece una lesión cerebral. Nació de manera prematura a causa de una infección por listeria. Desde su nacimiento, ha tenido problemas de aprendizaje y movilidad, pero a base de mucho esfuerzo, un enorme trabajo y unas altísimas dosis de amor de su familia, Kike ha hecho unos avances de los que sus padres y sus hermanas y hermano están muy orgullosos.
“Hay muchos niños más de los que imagináis que mi hijo. Es un ángel que sabemos que tenemos que cuidar hasta que nos muramos y lo hacemos Fabiola y yo con toda la felicidad del mundo”, dijo con ternura el cantante.