Belén Rodríguez, Belén Ro, se ha convertido en una de las mayores expertas en realities de nuestra televisión. Además, es una experta que opina, se moja y defiende con uñas y dientes aquello en lo que cree, o en quien cree, y parece que Sofía Suescun, ganadora de ‘GH 16’, no es una de ellas. Esto le ha valido enfrentarse con media humanidad cibernética, que la somete a toda clase de insultos por Twitter. Así que harta de que la estén criticando, amenazando y diciéndole de todo, ha puesto remedio en más de una ocasión cerrando perfiles y denunciando estas prácticas. No se puede tolerar tales ataques, y menos por por un programa de televisión.
Defender atacando nunca es una buena idea. Belén, harta de los insultos que recibe a diario por parte de los ‘Sofistas’ (sí, los seguidores de Sofía de GH16 se hacen llamar de esta manera, pedimos que no se los vincule con los pensadores de la Grecia antigua, estos van por otro lado…) tomó cartas en el asunto y ayer hizo algo tremendamente fuerte: reveló uno de los secretos mejor guardados, la verdadera identidad de los tres Reyes Magos de Oriente. BUM. ¿Y por qué cometió semejante atrevimiento? Pues porque Rodríguez cree que solo defienden a Sofía niños de colegio.
Después de leer lo que publicó Maite en Twitter, “la Belen Ro, es tan inhumana que ya no tiene solución...Ya le gustaría tener pa su destrozada vida una mínima parte de nuestra felicidad” o “Puta envidia es lo que tienen Belen y otras que mucho tienen que callar ya que de madres ....buaaa mejor no hablar”, la periodista recibió una gran cantidad de mensajes hirientes, así que sacó ‘la artillería pesada’: “Cuando empiece el cole les quitan el móvil a las niñatas durante el horario escolar?” y de ahí pasaba al “contenta de empezar el año cerrando 120 cuentas de Insta y 103 de Twitter. Ojalá vuestras madres se enteraran de que sois unas delincuentes”. Pero como os contamos, la puntilla la dio este “Hala un pis y a la cama, q ya dentro de poco vienen los reyes. El año próximo ya tendréis edad para saber q son los padres. Uy, lo siento”. ¡Ay va lo que ha dicho! Ahora mismo habrá más de uno (y de dos) a los que se le ha roto el corazón, y no habrá cabalgata con caramelos que lo solucione.