Las cosas podrían empezar a ponerse realmente feas para Toño Sanchís, si Belén Esteban cumple lo que prometió en su día. Recordemos que en verano, después de la primera sentencia, la rubia aseguró que una vez esta fuera firme, continuaría a través de la vía penal lo que podría significar una posible cárcel para el demandado. De un juicio civil, a un juicio penal.
¿Significaría que el representante podría acabar en prisión? Es más complicado que eso, pues no es su nombre el que aparece como administrador único en la empresa Lorant, sino el de su mujer, Lorena Romero.
En junio, cuando la resolución vio la luz, antes de que Toño la recurriese, Antonio Rossi lo explicó así, “Belén quiere esperar a que la sentencia sea firme para que, avalada por el juez, pueda presentar una demanda por vía penal. Quiere que todo esté aprobado en sentencia: la falsedad documental, la falsedad de documento público, la falsificación de firma y todo ese tipo de cosas… Todo está probado en sentencia, las firmas fueron falsificadas".
Belén quiere que se haga justicia con esas cuentas que se abrieron en su nombre, esas operaciones de las que no tuvo constancia y las firmas que ni eran suyas ni de su hermano. Si el juez determinara que se ha incurrido en uno delito de suplantación de identidad, falsedad documental y hasta apropiación indebida, podría significar penas de hasta cuatro años de cárcel por delito.
De nuevo, Belén contaría con testigos de mucho peso como extrabajadores de Sanchís, que ya en juicio civil testificaron a su favor, asegurando que el representante operaba con esas cuentas, de las que solo él tenía las claves. En su día, la jueza del caso determinó que el beneficiario de todo esto era Toño.
Lo que sigue sin estar claro es quién se prestó a falsificar tanto la letra de Belén como la de su hermano, que es quien gestiona su patrimonio.