Belén Esteban vive sus vacaciones soñadas en Nueva York

Belén y Miguel se han recorrido la ciudad de los rascacielos de punta a punta

Ha elegido el mes más caluroso del año para viajar a Nueva York, pero es esta una ciudad que siempre merece una visita, sea cuando sea, al menos una vez en la vida. Durante varios días, Belén Esteban y su novio, Miguel Marcos, han disfrutado de la ciudad de los rascacielos en la mejor compañía: la del uno con el otro. Belén cumple así un sueño largamente acariciado, el de viajar a Estados Unidos junto a su pareja.

Desde luego, hay que decir que han apurado los días al cien por cien, ya que han visitado las principales atracciones y monumentos de la ciudad. Si lo han hecho a pie, que es como mejor se ve una ciudad, las caminatas han debido ser considerables, ya que las distancias son enormes.

Por supuesto, han visitado el Empire State, la Quinta Avenida, Central Park, donde se detuvieron para rendirle homenaje a John Lennon, asesinado a pocos metros de allí, han paseado por Times Square, el corazón de la ciudad que no duerme, y han cogido el ferry para rendirle visita a Miss Liberty, la Estatua de la Libertad.

Pero además, de hacerse Manhattan prácticamente al completo, también han visitado los otros distritos de la ciudad, como Harlem, al norte de Manhattan, el Bronx, y Queens. A Belén le gustaron muchos las típicas entradas de las casas particulares, con sus escaleras, que tantas veces hemos visto, por ejemplo, en 'Sexo en Nueva York'. También cruzaron el puente de Brooklyn a pie, como hay que hacerlo para disfrutarlo plenamente, y el puente desde donde sale la maratón de Nueva York, en el puerto de la ciudad.

Tampoco dejaron pasar su sentido homenaje a las víctimas del 11-S, cuando sucedió el atentado a las Torres Gemelas. En su lugar hay hoy dos profundos agujeros –las plantas de las antiguas torres– reconvertidos en fuentes que no dejan de sobrecoger al visitante.

Hubo también tiempo para hacer un guiño a la sección que presenta Belén en 'Sálvame', 'Belén a bordo'. La colaboradora se sentó al volante de uno de los típicos autobuses escolares amarillos, que siguen funcionando como hace años en aquel país.