Belén Esteban rompe su silencio y manda un mensaje a Toño tras el desahucio: "La avaricia os ha podido"

Ahora Belén ha vuelto a 'Sálvame', su plató, después de este momento tan determinante para ella. Y lo ha hecho feliz y satisfecha por haber puesto punto y final a esta pesadilla. Se acaba así una etapa de altibajos, nervios, desgaste y angustia por no ver la luz al final de túnel.

"Ha sido mucho tiempo, no ha sido fácil la situación, pero todo llega. Estoy un poco nerviosa y emocionada", han sido las primeras impresiones que salían de sus labios en 'Sálvame'. "Yo sinceramente sabía que hoy era el día. Se tenía que ir y me siento muy satisfecha", decía aliviada. Esta tarde en que ha roto su silencio, Belén reconocía también "tengo una contractura...". Y es que de los nervios que ha pasado alguna vez ha llegado a estar "a 400 de azúcar, una barbaridad".

La colaboradora se ha roto en dos momentos de su confesión. La primera, cuando ha dado las gracias a todos los que han luchado con ella y la han llevado a aguantar hasta el final. La segunda, cuando ha hablado de los sacrificios que ha tenido que hacer y que le han recordado a su padre. "Yo también lo he pasado muy mal, ¿eh? Quiero que sepa la gente que a quien le faltaba el dinero es a Belén Esteban y es mucho más que un millón de euros. Que si hay una familia que lo ha pasado mal es la mía, porque todo esto nos ha faltado. He ganado todos los juicios, pero me ha costado dinero. No os imagináis las piedras que este señor ha puesto en el camino...", contaba.

Y es que esta ha sido una historia de sacrificios para la tertuliana, uno que especialmente le duele y le cuesta sanar. "Yo tuve que vender mi piso, el que me compré con mi padre, que le gustaba mucho ese piso, para pagar a Hacienda una deuda de 700.000 euros que me dejó él", decía con lágrimas corriendo por las mejillas.

Si Belén ha aguantado carros y carretas ha sido porque ha habido un pilar esencial que no se ha separado de su lado y que le ha insuflado valor y energía: su marido Miguel, por quien se ha acabado de romper al agradecerle todo el recorrido que ha hecho a su lado. "Solamente quiero dar las gracias a mi marido, Miguel Marcos Martín, porque él y yo sabemos lo que hemos pasado. Hemos tenido reuniones, hemos tenido que pagar mucho, y siempre ha estado a mi lado. No ha sido nada fácil. Si me tuviera que volver a casar, lo haría con los ojos cerrados".

Tampoco se ha olvidado de Mari Carmen, a quien, con la voz quebrada le ha mandado un mensaje de alivio en directo: "Ya se ha acabado, mamá. Seguimos, pero ya se ha acabado". Pero la lista de personas que han bregado con ella ha sido interminable: "Mis hermanos, mis cuñadas, Alma y Sandra; mis amigas de siempre, y quiero agradecer al equipo de abogados; y a Begoña y Arturo, que ellos me llevaron a este despacho de abogados. No teníamos nada de papeleo, y tuvimos que ir yendo de productora en productora, agencia de eventos.... Me he rodeado de buena gente", admitía sin poder contener la emoción.

Belén Esteban aún no se ha asomado por su nueva casa. "He firmado un poder para que pudieran entrar mis abogados, uno de mis gestores, porque yo no quería ir", matizada. A raíz de las informaciones que se han publicado sobre el deplorable estado en el que ha dejado Toño la casa ha dicho: "Tengo que pagar la hipoteca y los desperfectos, pero ya como es mi casa... La casa se arregla, se limpian las cacas del perro y se limpia la casa entera". Y ha apuntado finalmente: "Todavía queda mucho. Esto sigue y aún me queda un dinero que cobrar".

Sanchís salía por la puerta poco antes de que la Guardia Civil y la Policía llegara al chalet para proceder al desahucio. Si bien ha dejado el interior y el patio hecho un desastre, con basura y excrementos desperdigados, se trata de solo una anécdota más de la victoria absoluta de Belén Esteban, que hoy ya puede respirar tranquila.