“Tuve un problema y, gracias a Dios, salí”, contaba Belén Esteban a Toñi Moreno. Además de agradecérselo a Dios, a sí misma, y a los médicos, cada día también se acuerda de la importancia que tuvieron sus jefes y a su gran amigo Jorge Javier Vázquez, con quien mantuvo una conversación muy seria, en la que él le planteó lo negro que podía ser su futuro.
“El año 2011 es el año en el que más falta dinero y en el que peor estaba”. A Belén le cuesta horrores hablar del tema, sobre todo por su madre que la ve desde casa y sufre cuando cuenta la abominable batalla que libró su hija contra sus adicciones, pero, puntualiza, “no me avergüenzo”. “Un día me cogieron personas de mi trabajo, Jorge Javier, David Valldeperas y mi gran amigo Raúl Prieto y me dijeron que como siguiera así me iba a morir”. Estos tres ‘ángeles de la guarda’ le plantearon su futuro de la peor manera posible, y solo entonces vio la luz: tenía que sobreponerse a todo y buscar ayuda de los especialistas. “Me buscaron el mejor médico de Madrid y gracias a Dios salí. Si no lo hubieran hecho me podría haber muerto. Soy consciente”.
Belén y Jorge empezaron a trabajar juntos con Ana Rosa Quintana. Una amistad que se fundó a principios de los años 2000 en Antena 3 y que se afianzó con el paso a Telecinco, y el desembarco de ambos en ‘Sálvame’, programa del que la madre de Andrea se enorgullecía de ser la ‘copresentadora’ en sus primeros años. Juntos dieron hasta las Campanadas. Crecieron personal y profesionalmente, son muy importantes el uno para el otro, por eso, siete años atrás, él le dio el toque de atención que cambió, para siempre, el rumbo de su vida.