La princesa Beatriz de Holanda dejará el palacio de La Haya (Huis ten Bosch, lo llaman, "la casa del bosque") y volverá al castillo de Drakensteyn, cerca de Utrecht, la magnífica mansión donde vivió antes de reinar y donde crecieron sus tres hijos.
Beatriz vuelve a casa, pero no se limitará a cultivar tulipanes
Tendrá una agenda de actos culturales y sociales que le permitirá rentabilizar a favor de su hijo, que reinará bajo el nombre de Guillermo Alejandro, la popularidad que ha acumulado en 33 años de reinado tranquilo, simpatía que ha visto crecer con su último gesto, la abdicación, acogido por los ciudadanos como una actitud "republicana", civilizada, moderna, racional e inteligente porque proyecta una imagen de monarquía al servicio del país y no al revés.
La abuela Beatriz será princesa y también lo será su nieta Amalia
La hija mayor de Guillermo Alejandro y Máxima, que pasa a ocupar el primer puesto en la línea sucesoria. Si Guillermo Alejandro muriera (Dios no lo quiera) antes de su mayoría de edad, se nombraría un regente que con toda probabilidad sería su madre, la reina Máxima. Después de Amalia, siguen sus hermanas, Alexia y Ariane, el cuarto será el príncipe Constantino, hermano menor de Guillermo Alejandro, y tras él, sus tres hijos y la princesa Margarita, la hermana de Beatriz.
Los hermanos del nuevo rey: Constantino y Friso
Constantino y su esposa Laurentien viven en Bruselas, donde él trabaja para la Unión Europea y ella escribe, con éxito, libros infantiles. Probablemente tendrán ahora un papel más destacado en la agenda de la Casa Real, incluso es posible que se muden a Holanda, puesto que deberán cubrir con su presencia muchos de los actos que Guillermo y Máxima protagonizaban como príncipes.
Constantino es el menor de los tres hijos de la reina Beatriz. Friso, el segundo, se encuentra en estado de coma desde hace más de un año en un hospital de Londres tras el accidente que sufrió esquiando en Austria al quedar sepultado por un alud. Pero no está excluido de la sucesión por este motivo, sino por otro: porque se casó sin el consentimiento del Parlamento. Friso se borró por amor y porque –ingeniero aeroespacial, investigador y científico– siempre mostró más interés por la ciencia que por la monarquía. Se casó con Mabel Wisse, universitaria como él, con una brillante y destacada carrera en ciencias políticas y económicas, pero con un pasado misterioso.
Mabel, la fascinante mujer de Friso
De Mabel, que habla seis idiomas se dijo que fue espía. Trabajó para las Naciones Unidas y para el ministerio de Exteriores holandés y en 1993 tuvo una relación (de las que en lenguaje de la Zarzuela se califican "de entrañable amistad") con el embajador bosnio en la ONU, Mohamed Sacirbey. Se dijo que Mabel utilizó esta relación para transmitir valiosas informaciones sobre las negociaciones de paz en Bosnia. Pero no fue esto lo que molestó al parlamento holandés, que es quien debe aprobar los matrimonios de los herederos de la corona, sino que Mabel ocultara a sus señorías otra relación, asimismo entrañable pero mucho más comprometida, que tuvo años antes: nada menos que con un conocido narco, Klaas Bruinsma, que murió asesinado en 1991. Mabel dijo que aquello fue algo juvenil (tenia 21 años) y puramente ocasional, pero el parlamento no la creyó y anuncio que abría una investigación. Entonces fue cuando el enamorado Friso dijo basta, no se molesten. Y renunció a la corona, pero no a Mabel. Se casaron en 2004, se instalaron en Londres y han tenido dos hijas. Allí vivían felizmente hasta que en febrero de 2012 irrumpió la tragedia en forma de alud. Desde entonces Friso está en coma.