Llamar a Rihanna "gorda" además de ser de muy mal gusto, carece de todo fundamento. No porque no lo esté (tiene una talla 38 y es evidente que no está pasada de peso) sino porque ella se lo toma con toda la naturalidad del mundo. Todo empezó en el Festival de cine de Cannes donde la cantante apareció con un vestido blanco y subió de tono la semana pasada. Riri acudió al estreno de su última película 'Valerian and The City of a Thousand Planets' con un espectacular vestido rojo de Giambattista Valli y las críticas y los rumores sobre un supuesto embarazo alcanzaron su punto más álgido por lo apretado que le quedaba el escote.
Sin embargo ella, ni entonces (que ya contestó con un ingenioso meme en su cuenta de Instagram) ni ahora (que también ha ofrecido una contestación a golpe de redes sociales) le da mayor importancia a las críticas y no permite que la hagan avergonzarse de su cuerpo. La respuesta de la intérprete ha sido de lo más acertada ya que lo único que ha hecho es reírse de los comentarios negativos sobre su talla.
Desde la cuenta de Instagram @robynsbish han compartido un vídeo de 2015 en el que se la ve comprando snaks de bolsa. La persona que graba el vídeo dice que son han pasado dos minutos desde que están en la tienda y ya tiene cuatro bolsitas en las manos. Es entonces cuando una amiga que la acompaña le espeta al cámara: "Deja de hacer que se avergüence de su cuerpo". La propia Rihanna ha comentado la publicación y ha escrito: "¿Alguien me ha llamado gorda?" seguida de tres emoticonos llorando de la risa.