Así fue la fiesta de cumpleaños de Anita Matamoros y Gabri, su novio

Música, globos, casi 150 invitados y mucha diversión

Todo salió como estaba previsto. Anita Matamoros celebró a lo grande su 18 cumpleaños, una efemérides que no se celebra todos los días. Makoke se había encargado de que todo saliera al gusto de su hija, con alguna que otra sorpresa que ni la propia Anita sospechaba.

Durante todo el día de ayer, Anita estuvo respondiendo a las muchísimas felicitaciones que recibía de amigos y seguidores en las redes sociales. Por la tarde estuvo con sus mejores amigas y luego, ya en casa, se preparó para la fiesta de la noche. Su peluquero de confianza le arregló su bonita melena dejándosela completamente lacia y suelta.

Después se maquilló y, finalmente, se puso el vestido diseñado por Rosa Carboné: un dos piezas con falda y pantalón corto en color coral y top en negro con escote de hombros caídos. Un diseño muy juvenil que a Anita le quedaba estupendamente. No es la primera vez que Rosa Carboné viste a Anita Matamoros. Ya lo hizo en la boda de sus padres, Kiko y Makoke, en la que también firmó el vestido de la novia.

Cuando ya estuvo lista para salir, su novio, Gabri, que ese día también cumplía años –22–, no pudo más que expresar: "OMFG'. Vamos, que quedó gratamente impresionado al verla. Él vistió de traje negro, pero con su detalle de la corbata, de color coral, fue muy conjuntado con su chica.

Al llegar a la discoteca donde se celebró la fiesta, que se prolongó hasta altas horas de la noche, Gabri le dejó todo el protagonismo a Anita, la reina de esa noche. Él mismo lo había escrito en Instagram horas antes. "Aunque sea mi cumpleaños también, los 18 solo se cumplen una vez, espero poder compartir muchos cumpleaños contigo, y poder hacerte feliz todos los días de mi vida! Que haríamos el uno sin el otro 🤷🏻‍♂️ Te quiero Bi 🐼, disfrutemos de este día sin estrés 😂❤️ #18 #22".

Música, globos y mucha diversión, pero la sorpresa llegó con el pastel, o mejor dicho, con los pasteles, ya que como eran dos los cumpleaños cada uno tuvo su tarta y sus velas. Coronando cada una de las tartas, una figurita que iba vestido como ellos, que a Anita le encantó y enseguida cogió la suya entre sus manos.

Con nada menos que 150 invitados, es fácil imaginar cómo acabó la fiesta. Anita, con sus zapatos de tacón en la mano tras horas de bailar y bailar, y cargada con paquetes y bolsas con los regalos con que la obsequiaron sus invitados. Pero, sin duda, muy feliz. Y Makoke, también, viendo cómo su niña se hace mayor y pronto se irá de casa a estudiar a Milán. Ya se sabe, con los hijos el tiempo no corre, vuela.