Así fue la emotiva misa funeral de Caritina Goyanes en Madrid: las peticiones de sus hijos, una carta de amor y bajo el espíritu de Emáus

La parroquia de San Agustín, en el centro de Madrid, fue el lugar elegido por los Goyanes para despedir a Carlos y su hija Caritina

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Antonio Matos
GTRES

La sobriedad y la emoción estaban presentes en cada detalle. Todo organizado para despedir a Carlos Goyanes y su hija Caritina. Este pasado 23 de septiembre era el día elegido para que los muchos amigos de la familia acompañasen a Cari Lapique y su hija Carla en, posiblemente, una de las fechas más duras de su vida. Hasta el lugar se trasladaron numerosos rostros amigos. Desde Isabel Preysler y su hija Tamara Falcó hasta Naty Abascal o el periodista José María García. Todos con la mirada perdida y desencajada por el dolor.

La familia había elegido la parroquia de San Agustín por el enorme significado para Caritina y su marido Antonio Matos. Era su iglesia, el lugar donde acudía a diario y donde supo de los retiros de Emáus, el culto que logró cambiar su vida. La hija de Carlos Goyanes se refugió en la fe en un momento en que sintió que su vida perdía el equilibrio. Fue allí donde supo tranquilizarse y encontrar la paz. Su despedida debía ser en el mismo lugar.

El último adiós a Caritina y Carlos Goyanes

Como relata Paloma Barrientos en el portal 'Vanitatis', la misa en honor a Carlos Goyanes y su hija Caritina fue oficiada por siete párrocos entre los que destacaba el padre Ángel. También el sacerdote titular de la parroquia de San Agustín, amigo personal de Caritina y de su marido. Ambos pasaban mucho tiempo en la iglesia donde llevaban a cabo proyectos solidarios y espirituales. La emoción se sentía en cada una de las palabras.

El momento más especial tuvo lugar cuando los hijos de Caritina hicieron las peticiones. Ambos muy serenos y sacando fuerzas para dar el último adiós a su madre. La repentina pérdida de la hija de Carlos Goyanes, solo veinte días después de la muerte de su padre, ha dejado en shock a toda la familia. Nadie podía imaginar que ocurrirían dos desgracias así en tan poco tiempo. Su espíritu estuvo presente a lo largo de la ceremonia.

En la misa sonó la salva rociera y algunas de las músicas favoritas de Caritina y Antonio. El viudo de la empresaria era arropado por sus amigos y familiares. También sus hijos, ya que, tal como cuenta el citado medio, acudieron numerosos compañeros de colegio de los pequeños. Un acto cargado de sentimiento.

Carla Goyanes
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La carta de amor de Antonio Matos

Dos de los grandes protagonistas de la ceremonia fueron, como no, Carla, hija y hermana de los homenajeados, y Antonio Matos, el viudo de Caritina. La primera quiso leer una preciosa carta dedicada a su padre y su hermana, haciendo un recorrido por su familia y emocionando a los presentes. Carla ya se despidió de ambos con unas preciosas palabras que quiso compartir en sus redes sociales. Ahora, en el último adiós, ha repetido acto y ha dejado claro que el peso de la familia se encuentra a salvo sobre sus hombros.

Antonio siguió los pasos de Carla y leyó una preciosa carta de amor dedicada a su mujer. Hasta ahora había sido el gran desconocido. La empresaria había conocido a su marido y el flechazo fue instantánea. Ambos se compenetraban y había encontrado en la fe y la religión un gran nexo de unión. Eran habituales de los retiros de Emáus, un culto llevado por personas laicas para personas laicas. Caritina no dudaba en ejercer de embajadora improvisada relatando sus bondades en numerosas ocasiones.

Las lágrimas rodaron por los rostros de los presentes mientras la hija de Carlos Goyanes y el marido de Caritina leían sus respectivas misivas. Fue uno de los momentos clave de la misa que se prolongó hasta bien entrada la noche.

El legado de Carlos Goyanes y su hija Caritina

Si algo ha quedado claro tras la misa multitudinaria de este pasado lunes es que el legado de Carlos Goyanes y de su hija Caritina está intacto. El empresario fallecía de forma repentina a principios de agosto dejando a los suyos en shock. Su mujer, Cari Lapique, se encontraba visitando a su hermana Miriam cuando esto ocurría. Era, de hecho, la propia Caritina la que tenía que ejercer de cabeza de familia y realizar esa dolorosa llamada. Nada pudo hacerse por el fuese primer marido de Marisol.

El golpe definitivo llegó cuando tan solo dos semanas después fallecía Caritina. La hija mayor de Carlos Goyanes sufría un infarto y los médicos no podían hacer nada para salvar su vida. Su hermana Carla, su marido Antonio y sus dos hijos, de 11 y 14 años, han sido una piña desde entonces. Juntos han pasado el dolor que ha supuesto la pérdida de la empresaria. También el equipo de su catering ha querido recordarla en numerosas ocasiones.

La mayor hija de Cari Lapique ha dejado una huella imborrable en todos. Buena muestra ha sido la misa en la que se han congregado todos sus amigos, familiares y compañeros. Nadie ha querido dejar solos a los Goyanes.