Son muchos los que intentan darse a conocer a través de la pequeña pantalla. Algunos para intentar hacer carrera entre los platós y las cámaras; otros, para rentabilizar el tirón mediático y promocionar su trabajo fuera del mundo televisivo. O ambas cosas. Christopher Mateo (28 años), quien fuera el ganador de ‘Supervivientes 2015’, es de los segundos.
Debutó en la televisión de la mano de su hermano Rafa. Ambos trataron de encontrar el amor bajo la atenta mirada de su madre, María Luisa del Río, en el programa ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’. Siguió los consejos de su madre, pero no tuvo ningún éxito. Salió compuesto y sin novia. Lo que sí consiguió fue hacerse un hueco en la pequeña pantalla. Tanto él como su madre se convirtieron en rostros recurrentes en los programas. Lo mismo ocurrió con Rafa.
![Quién quiere casarse con mi hijo](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1200 685"%3E%3C/svg%3E)
Mediaset
Esta familia adinerada se ganó el cariño de los espectadores y consiguieron que muchos se sintieran parte de ella. Esto les abrió otras tantas puertas, como las de 'Supervivientes'. Christopher viajó hasta Honduras en 2015 para ponerse a prueba y enfrentarse al concurso más extremo de la parrilla televisiva (con permiso de 'El Conquistador').
No fue tarea fácil, pero luchó prueba tras prueba hasta proclamarse merecido ganador de la edición. Consiguió superar a concursantes como Nacho Vidal, Isa Pantoja o la mismísima Sofía Suescun. Se llevó 200.000 euros a casa.
Tras su incursión en 'Supervivientes 2015', se alejó paulatinamente del foco mediático. Quería para centrar todos sus esfuerzos en una de sus grandes pasiones, la música. No tuvo mucho éxito. Pero, ¿qué ha sido de Christopher en la actualidad?
Vive en Marbella ajeno a toda aquella fama y volcado a tiempo completo en su trabajo como reconocido empresario. Es un inversionista y trader con cierto éxito que lleva una vida rodeado de lujos. Lo muestra sin ningún tapujo a través de sus redes sociales, donde es habitual verle presumiendo de coches de alta gama y escapadas de ensueño. Como la última que ha hecho a Bali.
Dedica mucho de su tiempo también a hacer deporte para cuidar ese cuerpo fibrado que aún mantiene. Entre sus pasiones, se encuentran los animales, sobre todo los caballos. "Los caballos tienen un corazón tan puro que nos ayuda a sanar el nuestro", escribía en una de sus publicaciones en Instagram, donde acumula 135.000 seguidores.
El gran golpe que azotó a la familia
No todo ha sido fortuna para la familia Mateo. 2023 lo tienen marcado en negro en el calendario. Rafa también se centró en los negocios y se alejó de la pequeña pantalla. Hace apenas dos años, tuvo un problema de salud. Sufrió un ictus; pocos días después tuvo una réplica.
"Gracias a Dios, estoy sin ninguna secuela. Sufrí dos ictus y perdí 15 kilos en el hospital. Quiero agradecer todos vuestros mensajes de apoyo. No me esperaba tantos. Gracias a Dios, y gracias a todos vosotros", contaba entonces a través de su perfil de Instagram.
Ya recuperado, Rafa aprovecha al máximo esta segunda oportunidad que la vida le ha dado. Se dedica a sus negocios, pero, como su hermano, se cuida mucho en lo que a caprichos se refiere.
Las supuestas deudas de los hermanos Mateo
No es oro todo lo que reluce. La imagen que uno muestra a través de sus publicaciones de Instagram no siempre es un reflejo claro de lo que ocurre en realidad. Según publicaba El Confidencial el pasado año, los negocios de los hermanos Mateo no irían tan bien como cuentan y habrían acumulado una importante deuda.
El juzgado de lo Mercantil número 3 sacó a subasta una de sus propiedades más valiosas: un aparcamiento público cercano al aeropuerto de Málaga, valorado en casi seis millones de euros y que el propio Rafa adquirió en 2013. Fue este movimiento el que, según el citado medio, sacó a la luz la deuda que Caja Rural de Granada reclamaba a la sociedad de Mateo, que llegaba a los 5,1 millones de euros.
Estas mismas informaciones apuntaban a que también tuvo otro embargo de Hacienda por el que la Justicia le arrebató una nave en Torremolinos de 2,6 millones de euros. Puede que estas presuntas deudas fuesen las que motivaron a Christopher a regresar hace no mucho a la pequeña pantalla. El año pasado participó en el programa ‘En busca del Nirvana’.
