Si bien la declaración más jugosa de Ares Teixidó en la reveladora entrevista que ha ofrecido en entrevista a Lecturas era la confirmación de su relación con David Bustamante, su desgarrador testimonio sobre los estragos que ha producido en su salud la diabetes que le han diagnosticado recientemente no puede ser más impactante.
Sus seguidores se han hecho eco de su preocupante noticia y han querido demostrarle todo su apoyo. Interesados sobre todo en cómo está siendo la convivencia con esta enfermedad y cómo lo detectó, Ares Teixidó ha querido sensibilizar sobre la diabetes hablando sin tapujos desde su experiencia. Su valiente mensaje no puede ser más claro y coherente: "Si alguna vez tenéis un indicio de que algo no funciona en vuestro cuerpo, por tonto que os parezca, id al médico".
Este año no ha sido fácil para Ares. La presión mediática a la que estaba sometida después de que Lecturas destapara hace poco más de un año su romance con el cantante cántabro le ha pasado factura a nivel emocional y en su salud. Reconoce que sus síntomas, ahora que es consciente de ellos, eran parte del "abecé de la enfermedad", pero hasta que no llegaron los resultados de las pruebas no los supo relacionar.
Ha reconocido que el signo que más la alarmó fue su drástica pérdida de peso. "Pido una analítica realmente por mi pérdida de peso. En el último año he perdido un total de diez kilos, que es una barbaridad. Es uno de los síntomas de la diabetes. Y me sentía muy culpable, porque lo achacaba a que, después de mucho tiempo por primera vez, hacía mucho deporte y comía bien", reconoce en los vídeos que ha compartido desde sus stories. Asimismo, ha enumerado el resto de indicios que le han hecho pasar un auténtico calvario: "Sed extrema, hambre voraz, pero de sentir hasta dolor si no comía, cosquilleo en los pies, en las manos, ganas de micciones todo el día. Además, mucha sensación de cansancio y fatiga, mucha irritabilidad y cambios de humor…".
Si bien, todo esto ya es para preocuparse, lo que más molestias le produjo fue la "visión borrosa". "Era una de las cosas que peor llevaba y pensaba que necesitaba gafas, pero creo que no voy a necesitar, lo que pasa es que esto es un síntoma de los niveles tan altos de azúcar que tenía", comenta.
Por suerte, esa terrible experiencia ya es agua pasada y se congratula de haberla superado: "Es un gustazo levantarme por las mañanas y sentirme bien, que no sabía lo que era desde hace meses". Ha reconocido que "cada día estoy mejor y eso es gracias a mi dosis de insulina". Ares ha mostrado entonces sus dos plumillas dispensadoras “con una dosis lenta para la noche y otra rápida para después de las comidas”.
Ahora tiene otro reto que superar, después de lo que le ha costado "adaptarse y asumir la nueva situación": "Reeducarme a nivel alimenticio y a contar los hidratos de carbono. Cenar y comer fuera de casa no está siendo muy fácil". ¡Mucha fuerza, Ares!