Después de unos días muy complicados en los que no podía evitar romper a llorar frente al juez, Arantxa Sánchez Vicario (51 años) abandonaba el juzgado con el alivio de saber que no tendrá que entrar en prisión. Visiblemente más tranquila, no ha dudado en atender a la prensa para hablar sobre la rebaja de su pena. ¡Dale al PLAY!