“Solo doy gracias a Dios cada día por todo por lo bueno”, escribía Caritina Goyanes en uno de sus aniversarios de boda con su marido Antonio Matos. “Aunque a veces ha sido doloroso, nos ha enseñado lo que de verdad importa y a poner a Dios en el centro de nuestro matrimonio”. La fe era algo vital en la vida de la hija de Cari Lapique y Carlos Goyanes. También en la de su marido y padre de sus dos hijos.
Ambos se conocieron casi de casualidad. El flechazo fue rápido y pronto formalizaron su relación. Entre ellos había amor, sí, pero también un profundo sentimiento religioso. Tanto la hija del desaparecido Carlos Goyanes como Antonio Matos tenían a Dios como centro de su pensamiento. Ese fue también uno de los fuertes hilos con los que tejieron una relación que se ha roto por la repentina muerte de la empresaria.
Caritina encontró en la fe la salvación para el peor momento de su vida. Fue ella misma la que quiso narrarlo para animar a otras personas a seguir el camino. La religión salvó su matrimonio, la relación con sus hijos y su bienestar. Desde entonces, no dudaba en difundir la palabra y compartir a través de redes sociales las experiencias espirituales que vivía.
Antonio Matos, profundamente religioso
Se ha hablado en estos últimos días mucho sobre la fe de Caritina Goyanes. La hija de Cari Lapique no tenía problema en explicar cómo se había reencontrado con Dios y las acciones que tomaba en su vida diaria. Desde los retiros de Emaús, un experiencia espiritual pensada por personas laicas para personas laicas, o los grupos ‘Mothers prayers’, donde madres se reunían para orar por sus hijos. Pero no era la única en la pareja.
También Antonio Matos es un hombre profundamente religioso. Todos los perfiles se han trazado sobre él tras la triste noticia de la pérdida de Caritina se han encargado de destacarlo. Fue la fe lo que les unió y también la que salvó el importante bache sentimental que vivieron. Recogen las crónicas del momento que la propia Cari Lapique así lo confirmó. Dios era un vínculo importante en el matrimonio.
Antonio acudía a misa junto a su mujer y sus hijos. Allí habían estado días antes de que Caritina sufriese el infarto que acabó con su vida. Pasaban las vacaciones en la casa familiar de Marbella cuando comenzó a encontrarse mal. Antonio no se separó de su lado y la acompañó de urgencia al hospital. Nada pudo hacerse ya por ella.
Si Caritina encontró en la iglesia y la religión un salvavidas para su peor momento, no dudamos en que Antonio hará lo propio en estos complicados momentos. Con dos hijos pequeños, el empresario debe rehacer su vida desde el inicio. Estar sin su mujer va a ser un golpe tremendo.
Buena formación académica, apasionado de la naturaleza y religioso
Atendiendo a sus perfiles en redes sociales y a su entorno, Antonio Matos es un apasionado de la naturaleza. También del deporte al aire libre. Sus carreras y competiciones eran algo habitual en los inicios de su relación con Caritina. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, trabaja actualmente en el sector de las aseguradoras.
Su vida privada siempre ha sido muy discreta. Antonio tiene un hermano, Jaime, y su pasión son sus hijos, de 14 y 11 años, fruto de su matrimonio con Caritina Goyanes. A ellos se abrazaba en el repentino último adiós a su mujer. Un duro golpe que no va a poder superar en breve. La muerte de la empresaria ha dejado a toda su familia completamente destrozada.
Matos, como le apodan en familia, también encontró en la fe un pilar fundamental para su vida. No se conoce si acompañaba a Caritina en los retiros de Emaús pero sí se sabe que la religión ha estado presente en su vida en todo momento. Es la fe lo que hizo que conectasen y donde se aferraron para mantener la salud de su pareja y sortear la profunda crisis que sufrieron.
La fuerte crisis de Caritina y Antonio Matos
“Me volví súper exigente con los niños, tenían que ser los mejores, y mi marido era siempre el que pagaba el pato”, explicaba Caritina en una entrevista donde explicaba su experiencia en los retiros de Emaús. “Me quitó ese miedo, y además bastante rápidamente. Luego empecé a priorizar lo importante. Antes con cosas del trabajo me hundía al minuto, o si peleaba con mi marido lo ponía todo en jaque”.
Las cosas lograron cambiarse. Caritina vio en esos retiros el arma que necesitaba para superar su crisis. La muerte de Caritina ha sido un mazazo que ha roto todo. Desde Antonio, su marido, hasta su hermana Carla o su madre Cari lloran la pérdida. Solo habían pasado veinte días desde que Carlos Goyanes, el patriarca de la familia, también falleciese de forma repentina en su casa de Marbella. Nadie podía pensar que este iba a ser el peor verano para los Goyanes. Un mes de agosto desolador.