Hace cuatro años, Anne Hathaway se convirtió en un fenómeno de internet pero no por algo positivo. La actriz, que ganó en 2013 el Globo de Oro y el Oscar por su papel de Fantine en 'Los miserables', pasó de ser una estrella al personaje que todo el mundo odiaba en la red.
Las páginas web que proclamaban desagrado hacia a la actriz eran miles y todo el mundo parecía tener una buena razón para odiarla. Algunas de estas razones fueron la sobreexposición que sufrió en su carrera por el Oscar o su aparente fachada de doña Perfecta. Anne esultaba tan antipática al público mayoritario que incluso llegó a acuñarse un término para definirlos: 'Hathahaters', odiadores de Hathaway.
La actriz lo pasó mal y, aunque ha asegurado en muchas ocasiones que aquello ya está en el pasado, aún le quedan recelos sobre como gestionar su fama y como se la ve en internet y las redes sociales. Tal es así, que ha confesado arrepentirse de haber compartido en Instagram una fotografía de su hijo de cinco meses. Al niño no se le ve la carita y es una estampa entrañable, pues observa desde el ordenador como su madre da una charla en una universidad. Y aún así, Anne no se siente cómoda con su propio gesto.
"Nunca he posteado una foto de mi hijo y decidí subir una en la que solo se veía la parte de atrás de su cabeza. Y casi nada más hacerlo, habría deseado no haberlo hecho. Sentí que había roto un acuerdo invitando a la gente a mi vida”, ha admitido en una entrevista. A pesar de que Anne no ha retirado la imagen de su red social, reconoce que para ella ha servido de aprendizaje, por lo que es posible que no volvamos a ver más imágenes del pequeño JR en su Instagram.
Anne se encuentra en plena promoción de su última película, 'Colossal', que ha interpretado a las órdenes de un director español: Nacho Vigalondo. En ella, Anne es una escritora de internet en plena crisis de la mediana edad que ve como su avatar en la red cobra vida y se convierte en un monstruo que amenaza con destruir el mundo.