Aunque esperado dada la gravedad de la enfermedad, la pérdida de Antonio Juan Vidal víctima del cáncer, con tan solo 53 años, ha sido un duro varapalo no solo para Paz Padilla sino también para todos sus seres queridos. Anna Ferrer se ha convertido una vez más en el mayor sostén para su madre en estos momentos tan difíciles.
Tanto Paz como su hija han dado un ejemplo de profesionalidad envidiable y es que nada hacía presagiar este repentino desenlace ya que ambas han seguido con sus compromisos profesionales con su mejor cara.
A sus 23 años, la influencer ha tenido que enfrentarse en solo seis meses a dos duros golpes: la muerte de su abuela Lola y, ahora, la pérdida de Antonio tras una larga enfermedad. Si bien hace una semana estaba disfrutando de una escapada estival junto a su novio y un grupo de amigos, desde que tuvo lugar el terrible desenlace este sábado, la joven no se ha separado del lado de su madre.
La relación entre Anna y Antonio no podía ser mejor y eso hacía aún más feliz a la presentadora de 'Sálvame'. Junto a la hija del gaditano formaron esa familia con la que Paz siempre había soñado y de la que estaba tan orgullosa. Una familia que tendrá que volver a recomponerse con el apoyo incondicional de su única hija.
Todo parece indicar que tras el último adiós al abogado en su Cádiz natal, Paz se refugiará en la ciudad andaluza que tantos bonitos recuerdos le trae y junto a ella estará Anna además de familiares y amigos más íntimos. Todos con el único objetivo de volver a hacer reír a la humorista que ha afrontado la dolorosa enfermedad de su marido con una gran entereza.