Anita Matamoros muestra, orgullosa y sin complejos, la cicatriz de su operación de pecho

La hija de Kiko Matamoros posa, más natural que nunca, con la cicatriz de la reducción de pecho a la que se sometió el año pasado

Anita Matamoros
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No hay forma mejor de dar naturalidad, visibilidad, de luchar contra los estereotipos y las imposiciones que dicta tanto la sociedad como las redes. ¿Acaso no debemos mostrar los signos que la vida va dejándonos? Anita Matamoros ha querido dar un golpe sobre la mesa y mostrar, con total normalidad, las secuelas de la operación de reducción de pecho a la que se sometió el pasado mes de septiembre. Una intervención de la que quiso hablar sin tapujos para ayudar a todas aquellas mujeres que pudiesen encontrarse en la misma situación y que lleva, orgullosa, por bandera.

Hace ya casi un año, la hija de Kiko Matamoros y Makoke decidía ponerse en manos de los médicos para realizarse una operación de reducción de pecho. Anita no dudaba ni un segundo en dar el paso, ya no solo por los complejos que le había generado a lo largo de su vida, sino también por los dolores de espalda que padecía. Una intervención que fue más complicada de lo hubiese imaginado pero de la que salió feliz y renovada.

Satisfecha por el cambio, Anita se abría a todos sus seguidores y narraba los detalles no solo de cómo había ido la intervención y del post-operatorio que le esperaba, sino también de los motivos que la habían llevado hasta allí y de lo orgullosa que se encontraba después. Y con este mismo espíritu -que también suele guiar cada uno de los movimientos de su vida-, la hija del colaborador no oculta en ningún momento las cicatrices de la intervención.

Con una enorme sonrisa y con el buen humor que la caracteriza, Anita ha posado en la playa junto a una amiga y lo ha inmortalizado para instagram. A la vista, la cicatriz del pecho ¿y qué? Algún que otro usuario de esta red social se ha lanzado a señalarlo, como si fuese algo de lo que avergonzarse, algo que ocultar. Gestos como el de Anita son los que ayudan a avanzar. Y deberíamos aplaudirla, en lugar de criticarla. Ay, las redes, ¡qué cruz!