Anita’s Box fue el proyecto en el que más ganas e ilusión depositó Anita Matamoros. Una idea de negocio en la que la propia influencer aconsejaba a sus clientas, personalmente, acerca de la ropa que mejor le iba. Una especie de servicio de personal shopper, que no salió como ella había pensado, de ahí que, a los poquísimos meses, tuviera que dejar de ofertarlo. El fracaso había sido mayúsculo, pero, al menos, le sirvió para detectar cuáles habían sido los fallos de este modelo de negocio.
“Dejé Anita’s Box porque calculé mal los tiempos”, dice en redes sociales, donde sus seguidores se han interesado por qué fue de aquel proyecto que tanto anunció y promocionó en la previa a su lanzamiento, pero que después se fue diluyendo en sus redes sociales, hasta el punto de no mentarlo. “Lo hacía todo yo sola y no daba a basto. Eran demasiadas las horas que gastaba en un solo cliente. Si hubiera contratado a gente no habría parado pero entonces ya no sería un servicio personalizado por mí exclusivamente, que era la esencia de la marca”.
Recordemos que Anita Matamoros estudió moda en Milán y quería aplicar todo lo aprendido en su carrera en una de las universidades de diseño más caras de Europa en este proyecto que, finalmente, no pudo ser. La joven influencer tiene un marcadísimo carácter emprendedor tal vez heredado de su madre. Makoke actualmente sigue con su empresa de tirantes ‘chic’ para lucir en vestidos con espaldas abiertas y pronunciados escotes.
Actualmente, Anita Matamoros se dedica al mundo de las redes sociales, donde realiza colaboraciones con diferentes marcas a las que da visibilidad a través de sus fotos y de sus vídeos. Y, parece, que de momento ya le llega; pero quién sabe si, a la vuelta de cierto tiempo, con el disgusto de Anita’s Box ya pasado, vuelve a intentar un proyecto propio.