Anabel Pantoja revela las secuelas que arrastra tras ser mamá: "Ya estoy llorando"

A Anabel Pantoja (38 años) se le acumulan las celebraciones. Al nacimiento de su hija Alma se sumaba este viernes el cumpleaños de su madre, Merchi, quien se ha instalado en Gran Canaria para estar cerca de la influencer y de la recién nacida. 

Una semana después de dar a luz, Anabel no puede negar que está sumida en una auténtica montaña rusa de sentimientos, pero no lo cambia por nada. La sobrina de Isabel Pantoja ha emitido un comunicado para hablar de cómo se encuentra y las secuelas que arrastra a consecuencia del parto. 

"Hace una semana, a la 9:57 pasé el momento que mi cabeza jamás borrará. Lo más importante, traje al mundo a una persona que es lo más bonito. Personal y mío. Aún sigo con secuelas: físicas y no físicas porque todo te emociona, todo te da felicidad o te afecta y te hace venirte abajo", empieza el texto en el que Anabel ha querido sincerarse con su millón de seguidores en busca de comprensión.

Anabel, que este fin de semana ha recibido la visita de uno de sus mejores amigos, ha aprovechado su altavoz en redes sociales para agradecer todo el cariño que ha recibido en los últimos días. "Gracias a toda mi gente que, estando cerca o lejos, no me ha soltado de la mano. Se han preocupado por mi, por como estaba y cómo lo estoy pasando. A todos vosotros gracias. Siguen llegando mensajes, regalos, flores... que aunque sea material se que ahí va vuestro cariño y alegría por lo que me acaba de suceder", cuenta.

Anabel Pantoja ha terminado haciendo referencia a una de las frases más icónicas de Belén Esteban. "Mi hija, por la que como dice una amiga mía, MATARÉ. Solo puedo dar las gracias porque escribiendo esto, ya estoy llorando", se despide. 

Anabel Pantoja enseña cómo está su cuerpo una semana después de dar a luz

Con la llegada de Alma, Anabel Pantoja ha cumplido su sueño de ser mamá. "Gracias princesa porque has sido lo mejor que he podido hacer en estos 38 años. Eres ya para siempre y vamos a protegerte con la vida", escribía para celebrar su primera semana en el mundo. 

Sin embargo, no todo está siendo de color de rosa, todo lo contrario. Muy natural, Anabel no dudaba en compartir con sus seguidores el estado actual de su figura una semana después de dar a luz. "Se me ha quedado la barriga un poco colgona. Esta es mi realidad", mostraba sin ningún tipo de vergüenza. Y es que aunque admite que le hubiera encantado estar "delgadita y mona", su experiencia es muy distinta. Y es que el pijama se ha convertido en su único uniforme en los últimos días. 

Lo cierto es que su imagen no es algo que preocupe en exceso a Anabel, y es que tiene mucho en lo que prestar su atención. Además de esos altibajos anímicos, la influencer ha revelado que padece las incómodas almorranas desde que dio a luz. "Voy andando como un pato", contaba con su habitual sentido del humor. Y es que a pesar de todas las secuelas que arrastra, "estoy muy feliz (...) Es un choque brutal por el que estoy pasando que hasta que no te llega no lo sabes", concluía. 

Anabel Pantoja sorprende a su madre, Merchi, en su cumpleaños

Anabel está muy bien rodeada. Además de su chico, quien se está convirtiendo en un apoyo incondicional para ella, Merchi no dudaba en viajar a Las Palmas para estar cerca de su hija en este momento tan especial, una visita que se extenderá hasta el próximo mes de enero. "Estoy con una ayuda impresionante. Menos mal que mi madre se ha venido aquí conmigo un par de meses", decía la influencer. Una compañía que no le puede hacer más feliz y le acerca de alguna forma al resto de su familia y seres queridos. 

El destino ha querido que la pequeña Alma coincida en mes de cumpleaños con su abuela, una segunda celebración que pilló a Merchi por sorpresa. Anabel organizó una comida en casa y para la noche todos salieron a cenar juntos. "Creo que no hay mayor regalo que verte cumplir años a mi lado y con mi hija en tus brazos. Gracias por darme la vida, por cuidarme, por protegerme, por educarme, por ayudarme, por levantarme, por corregirme, por consentirme, por reñirme, gracias POR SER MI MADRE. FELICIDADES", escribía Anabel a modo de felicitación junto a una tierna imagen en la que la feliz abuela aparece mirando de manera ensimismada a su nieta.