Anabel Pantoja preocupa por su creciente obsesión por su físico y los retoques

La transformación que ha experimentado Anabel Pantoja a lo largo de los últimos años ha sido más que evidente. La sobrina de la tonadillera no solo ha perdido peso, sino que también se ha entregado con ganas a los tratamientos y retoques llegando incluso a despertar cierta preocupación en parte de su entorno.

No solo el cambio de Anabel ha afectado a su imagen, sino también a su exposición pública y a su trabajo. La colaboradora, además de continuar ejerciendo como contertulia en 'Sálvame', se ha convertido en toda una influencer en redes sociales y ya ha empezado a acudir a eventos como si fuese la mismísima Dulceida.

Hace unos meses, Anabel fichó como imagen de una conocida clínica estética con la que también colaboran Gema López y Makoke. Cobra unos mil euros por cada retoque que se realiza y luego comparte en sus redes con sus casi un millón de seguidores. En el último año, se ha inyectado ácido hialurónico en dos ocasiones para quitarse las ojeras y se sometió a un tratamiento con láser para las estrías.

Tras perder seis kilos en verano, tuvo que ajustarse la banda gástrica que se colocó en 2013 e inyectarse hialurónico en los pómulos para contrarrestar la flacidez que le provocó adelgazar. También se ha blanqueado los dientes y utiliza una ortodoncia novedosísima con aparatos de zafiro. 

 Sus visitas a la clínica son tan habituales que los propios médicos le han recomendado que frene un poco. También esta afición de Anabel a someterse a tratamientos ha hecho que su entorno más cercano sienta cierta preocupación.

Su trabajo como ‘influencer’ es la principal fuente de ingresos de Anabel, ya que no ha renovado su contrato en la tele y solo acude cuando la llaman. Con cada retoque no solo mejora su imagen, sino que ayuda a su cuenta bancaria. Además, en los próximos meses celebrará su boda con Omar Sánchez, y querrá estar divina para el gran día.