Anabel Pantoja pasa su noche más complicada en Sevilla

Vivió una vuelta amarga al estadio Sánchez Pizjuán, donde ya no se sienta junto a su expareja Juanlu

Aunque el equipo de sus amores se impuso en su feudo al UD Las Palmas por la mínima, la vuelta de Anabel Pantoja al estadio Sánchez Pizjuán se convirtió en una cita amarga. Para empezar, no tuvo nada que ver con todas las demás que había vivido anteriormente. Estábamos acostumbrados a verla prácticamente a pie de césped con su expareja, Juanlu Viñolo, sevillista de corazón como ella. El año pasado, su pareja presumía con orgullo el 'detallazo' que había tenido con él Anabel: dos abonos anuales para disfrutar juntos las tardes de fútbol del Sevilla. "Detalles que marcan la diferencia. Mil gracias, Anabel. Eres única", escribía desde Twitter.

La colaboradora de 'Sálvame' acudía este miércoles a ver triunfar a su equipo desde bastante más distancia que hasta la temporada pasada, desde las gradas superiores. Quedaba claro que la ruptura de la pareja es total y ni siquiera han podido conservar la oportunidad de compartir una afición que les tenía muy unidos. Por si fuera poco, lo difícil que debe ser volver a un lugar que te recuerda los buenos momentos vividos con la persona que lo ha sido todo en tu vida hasta hace pocas semanas, Anabel fue testimonio de las pitadas, insultos y gritos que la hinchada sevillista le estuvo dedicando durante prácticamente todo el partido al jugador Vitolo Machín. Los admiradores y seguidores en redes de la prima de Isa Pantoja estarán familiarizados con la pasión que siente por el jugador canario. Anabel es su fan número 1 e incluso tiene una camiseta con su nombre impreso en la espalda. La afición del Sevilla no le ha perdonado al delantero que, tras un verano de tiras y aflojas, abandonara al equipo para fichar por el UD Las Palmas. “Vitolo muérete”, fue de los insultos más suaves que le profirieron e imaginamos las punzadas en el corazón que tuvo que sentir la colaboradora de Telecinco ante los ataques que estaba recibiendo su ídolo.

La vida de Anabel ha dado un giro radical y sus aficiones habituales se han quedado cojas. Al menos, aparentemente, pues ha demostrado que puede seguir disfrutando de lo que más le gusta sola o cambiando la compañía.