Ana Soria empieza a disfrutar de la profesión de su novio, Enrique Ponce. La joven ha viajado con el diestro hasta Nimes, donde este ha toreado y ha salido a hombros de la plaza. Todo ello bajo la orgullosa mirada de Soria, que se ha dejado ver en la plaza acompañada de su mejor amiga charlando y sonriendo animadamente. Una imagen muy lejana a la de sus primeras veces en la plaza junto a Ponce y los disgustos que se llevaba.
La estudiante decidió dar un paso atrás y no acompañar a su pareja a sus corridas de toros por la expectación generada, pero en esta ocasión se ha saltado su particular regla de oro. Y el planazo no ha podido salirle mejor.
Ana Soria ha visto como Enrique Ponce volvía a escribir su inicial con su pie en la plaza y ha aplaudido cada faena como si no hubiera un mañana. Además, se han dejado ver juntos por la ciudad dando un romántico paseo y de compras.
Si la joven lucía en la plaza de toros un vestido estampado, para hacer turismo junto al ex de Paloma Cuevas se ha puesto un look más casual con unos vaqueros de campana como protagonistas.
Septiembre empieza movidito para la pareja, que tras un verano idílico vuelven a la rutina y a la realidad. Una nueva realidad para Ana Soria, que se está adaptando a la agenda de su pareja y también a sus necesidades familiares. Tal y como ha adelantado el portal 'Jaleos', el torero estaría buscando un piso en el centro de Madrid para instalarse y así estar más cerca de sus dos hijas: Bianca y Paloma, a quienes echa enormemente de menos. Pero no lo hace solo, el torero vivirá junto a Ana Soria, que está cada vez más tranquila con su nueva relación.