Ana Soria (24 años) había ido a divertirse a ‘El Hormiguero’. Pero, también, a darse a conocer. Quería que la audiencia supiera, por ella misma y por la persona que más la quiere, su novio, Enrique Ponce (51 años), cómo es realmente. Como el famoso que entra en un reality con el objetivo de ‘quiero que la gente sepa cómo soy. Se tiene una imagen equivocada de mí’. Pero por qué, ¿por qué le importa ahora eso a esta estudiante de Derecho? Ana Soria acaba de sacarse una oposición a celebridad.
Ana Soria, miles de búsquedas y 20 años de edad
La primera vez que oímos el nombre de esta almeriense fue hace dos años, cuando se hizo oficial la sorprendente separación de Enrique Ponce y la madre de sus dos hijas, Paloma Cuevas. Parecían un matrimonio felicísimo. Sólido, entregado… pero la verdad es que su pareja hacía aguas. A las pocas semanas de oficializarse su ruptura, el nombre de la estudiante aparecía en los primeros titulares. El torero estaba ilusionado con una joven, ¡apenas una veinteañera! Y tomaba la decisión de dejarlo todo por ella. El verano del 2021 fue el primer verano post-pandemia y el de las continuas explosiones de amor de esta pareja con más de 25 años de diferencia. Ahora un reels, ahora una foto. Te quiero. Yo a ti más. Los críticos a este noviazgo les parecía un ejercicio de total exhibicionismo. No había necesidad ¡Y con una doliente Paloma Cuevas que aún no había dicho ‘esta boca es mía’! Ana Soria tuvo que acudir a terapia para aprender a gestionar toda esta clase de comentarios. Se lo contó a Pablo Motos, compungida por lo aquello a lo que había tenido que hacer frente.
Él se mudo a Almería, junto a su novia. Adoptaron un perro, salieron en barco con la familia de ella. Y, entonces, se blindaron. Dejaron de publicar en redes su amor, y decidieron llevarlo en la intimidad. Sentían que se habían dejado llevar por el ímpetu del amor y quizás se habían expuesto demasiado. Para construir una relación sólida, debían alejarse de aquello que le hacía daño, y eso eran los comentarios en redes sociales. Se acabó dar munición a los ‘haters’.
Ana Soria, ha nacido una estrella
Desde entonces, esa ha sido la tónica de su romance. Del 100 al 0. Pero todo cambió cuando Pablo Motos anunció sus nombres la noche del pasado martes. A diferencia de otros invitados, Ana Soria y Enrique Ponce no tenían absolutamente nada que promocionar. O quizás sí. Por el plató de las hormigas han ido cantantes, personalidades del cine y del entretenimiento, y, en el último par de años, también ‘influencers’, que promocionan su mejor producto, ellos y ellas mismas. María Pombo, Laura Escanes, Dulceida… hablaron de sus vidas, de lo que realmente es trabajar como creadoras de contenido, y, en definitivas, se dieron a conocer a un público más amplio. Son líderes de opinión y de modas en redes sociales, llegan a millones de chicos y chicas, pero a veces deben de dar el salto a la televisión para aumentar el espectro de sus seguidores. Y siempre pasa. Cuando visitan este programa de máxima audiencia, sus números se disparan. Lluvia de nuevos ‘followers’, comentarios, visualizaciones… visitar a Pablo es disparar su popularidad.
La estrategia de Ana Soria, arropada por Enrique Ponce, podría haber sido esta. Desde que apareció el martes en el ‘prime time’ de Antena 3, la estudiante acumula más de 132.000 seguidores, muchos de ellos cosechados a raíz de su entrevista en ‘El Hormiguero’. No es extraño, el programa fue lo más visto del día, y había un tremendo interés en escuchar la primera entrevista de la pareja. Ella, orgullosa de lo conseguido, compartió la cifra exacta de telespectadores (2.554.000) que vieron su primera aparición televisiva. “La noche de ayer se queda guardada para siempre en mi corazón”, escribió.
Más de cien mil seguidores y solo 23 publicaciones. No está nada mal. Y mucho menos si pensamos que, hasta hace poco, la almeriense tenía la red social privada. Con esos números, cualquier representante de redes sociales ya la estaría abordando. Acaba de nacer la nueva chica de moda.
Ana Soria, perfecto reclamo para marcas ¿Influencer en potencia?
No sería extraño que las colaboraciones con marcas estuvieran llamando ya a su puerta (la de esa casa que se va a construir con Enrique Ponce). Su entrevista tuvo una buenísima acogida, Ana estuvo serena cuando dijo aquello de “el amor no se piensa, es algo que se siente”, ni se turbó con la declaración de su chico. Gustó a una audiencia, que casi no podía parpadear al contemplar su magnetismo. Su look fue googleado, sus mechas será copiadas.
Ana Soria posee un nuevo perfil que, en realidad, siempre ha existido pero que ahora se reinventa desde la ventana de las redes sociales. Un perfil que tiene que Paloma Cuevas. Aunque la andaluza apunta maneras de Victoria Federica. Esto es, publicar contenido inspiracional en redes sociales: sus looks, los sitios que visita, viajes… sin compartir demasiado su lado privado, usando su Instagram casi como si fuera un escaparate, su propia revista. Y, después, ya vendrían los eventos como rostro para marcas. Ana puede ser el perfecto reclamo para firmas afines, pues genera un enorme interés, lo que garantiza la cobertura por parte de medios y agencias de prensa. Y, además, la repercusión en redes sociales. Lo mismo que hace la hija de la infanta Elena, que acaba de estrenar su primera campaña como modelo.
“Quería que la gente me conociera cómo soy. ‘El Hormiguero’ me parecía el sitio ideal”. Pues encantados, Ana Soria. Feliz ascenso a la fama.