Menudo regalo de San Valentín hizo Ana Rosa Quintana a todos sus seguidores: les mostró la parte de su cuerpo que más la acompleja, aquella que lleva toda su vida ocultando, pero, a la vez, esa con la que ha desarrollado una habilidad única: sus orejas.
En la mesa de actualidad rosa, salió a relucir el tema de las orejas grandes. “No me habléis de orejas grandes…”, la presentadora aseguró que lleva toda la vida dejándose el pelo largo para ocultarlas, ya que, por así decirlo, no son su parte favorita de su anatomía pero con las que, curiosamente, ha desarrollado con ellas un extraño don, moverlas. “Tengo una habilidad con las orejas… yo las muevo… no lo voy a enseñar porque después me sacan en todos los zappings”. El clamor de los colaboradores y del resto del equipo era total ¡todos querían ver, en vivo y en directo este prodigio de la naturaleza!
La comunicadora se negaba. Se revolvía en el sofá mientras todos le gritaban “que las mueva, que las mueva”; y ella, al final, solícita y haciendo lo que sea por su audiencia (los gritos de los que estaban en casa no los podía oír pero los presentía), se apartó la melena de sus pabellones auditivos, y procedió. Arriba y abajo, arriba y abajo. El cartílago se movía a voluntad de Quintana, que, con cara de concentración, sabía que estaba ejecutado con maestría este número.
¡Bravo, bravo!
Ana Rosa, quitándose méritos, decía que lo de ella carecía de importancia pues tenía “las orejas grandes, de soplillo”, pero Bibiana Fernández, siempre acertada, le dijo, “no es verdad, conozco gente que tiene las cosas grandes y no las mueven bien”. Maestra de la vida.