Este miércoles, Ana Rosa Quintana (66 años) comenzaba el programa como cada día haciendo un repaso a la actualidad, lo que nadie esperaba es que la reina de las mañanas protagonizara un auténtico momentazo en directo que tardaremos en olvidar. "Hay tanto que no sé por donde empezar... Bueno, mirad por donde voy a empezar", le decía a los colaboradores mientras sacaba de debajo de la mesa ¡chocolate con churros!.
"¿Te vas a comer un churro de verdad en directo?", le preguntaba Joaquín Prat (47 años) alucinado por la ocurrencia de su compañera y amiga. Ana Rosa le miraba y con una sonrisa pícara mojaba el churro en el chocolate. "Parece que me voy a comer un churro... a grandes males, grandes remedios", expresaba la presentadora despertando las risas de todo los miembros de la mesa.
Ana Rosa, que ha disfrutado con gracia de este delicioso y dulce desayuno, se ha justificado compartiendo con los espectadores que todo el equipo estaba comiendo chocolate con churros y ella no iba a ser menos. "Paolo Vasile invita a todo el mundo", ha contado, a la vez que reconocía que sus colaboradores eran mucho más educados que ella y preferían dejarlo para otro momento.
Aunque Ana Rosa Quintana se vio obligada a transformar su alimentación en medio de su lucha contra el cáncer, a nadie le amarga un dulce y de vez en cuando se da un capricho. Como hoy, cuando no ha dudado en aceptar la tradicional invitación de Paolo Vasile a un rico chocolate con churros. Bonito detalle con el que el Consejero Delegado de la cadena se despide hasta siempre de la que ha sido su familia.
La dieta de Ana Rosa Quintana
La alimentación es básica para poder luchar contra cualquier tipo de enfermedad y Ana Rosa lo sabe. "He dicho hola a verduras y frutas, a lo natural y ecológico, adiós al azúcar, todo lo procesado, las grasas, el alcohol y todo lo que ya sabemos y no hacemos. Alimentarse bien y hacer ejercicio funciona", confesaba la presentadora en redes sociales sobre el cambio radical que había sufrido su dieta en medio de la lucha contra el cáncer.
Completamente recuperada, ahora lo ha convertido en una forma de vida y no puede estar más feliz ya que además reconoce que ha ganado más energía y vitalidad. Eso sí, no deja de darse caprichos.