La realeza de este país vive en Zarzuela y presenta el programa de más audiencia de las mañanas. Sí, son familias reales diferentes, una es la monárquica pura y dura, y la otra es la catódica, la que se ha ganado a pulso su corona tras años y años de duro trabajo. Nos referimos, cómo no, a Ana Rosa Quintana, que hoy cumple 60 años en plena forma.
Conductora de su propio espacio, productora, con una revista que lleva su nombre, solidaria… La periodista recibe la nueva década en uno de los momentos más interesantes de su carrera. Se ha interesado por todo, desde las disputas familiares anónimas que escuchaba en el espacio dedicado al talk-show de su ‘Sabor a ti’, pasando por inestabilidad política, hasta los conflictos bélicos o los conflictos entre celebridades. Ha escuchado de todo, ha aprendido de cada noticia y ha sabido estar al filo de la actualidad. Como el pasado diciembre, cuando se trasladó a París y ejerció de reportera para su propio programa, preguntando a los parisinos cómo habían vivido los atentados en la ciudad.
Ha desayunado con políticos, y hasta se ha metido en sus casas. Con ella supimos cómo era la cocina de Pablo Iglesias y cómo era el día a día de un presidente de Gobierno. Ana Rosa sigue siendo buena en su trabajo porque sigue disfrutando de él, y eso, por muchas velas que pongan a la tarta de cumpleaños, parece que no cambiará. Nació con espíritu periodístico y así seguirá. Y puede que ahí radique esa energía y luminosidad que desprende, en la curiosidad constante, en la mirada que se cuestiona todo y que sabe que nunca se deja de aprender. Ahí es donde radica la clave de la eterna juventud.