Las estrictas condiciones que ha impuesto Ana Obregón para reencontrarse con su público

Así ha sido el primer cara a cara de Ana Obregón con el público, a través de la firma de ejemplares de ‘El chico de las musarañas’. Para esta ocasión, la bióloga ha establecido algunas condiciones

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

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Tras reencontrarse con su familia, sus amigos y la prensa; a ahora le toca el turno de su público. Ana Obregón (69 años) se enfrentaba este domingo 11 a la primera firma de libros de ‘El chico de las musarañas’; un proyecto que su hijo Aless Lequio dejó incompleto, y que ella, tras su muerte, quiso finalizar. Se lo debía. De hecho, ha querido poner punto y final a todo aquello que su vástago había dejado a medias debido a la cruel enfermedad que segó su vida con solo 26 años.

El libro coescrito entre Ana Obregón y Aless Lequio está siendo un gran éxito de ventas. Todos los beneficios de ‘El chico de las musarañas’ están yendo a parar a la fundación que lleva el nombre del joven empresario; de ahí que la bióloga se esté volcando con la promoción. Cada ejemplar vendido es una oportunidad de ayudar. Acercarse hasta al Feria del Libro, es una manera más de promocionar el proyecto. La ahora autora ha querido estar con todos sus seguidores y firmar ejemplares de este trabajo, a medio camino entre la biografía y la novela (el fragmento que dejó escrito el joven, era más de este género).

Las estrictas condiciones de Ana Obregón en su firma de libros

Ana Obregón, a través de la editorial que ha permitido que este proyecto viera la luz, ha establecido dos condiciones a la hora de acudir este medio día al Retiro. La primera, y la más llamativa, es el número de personas a las que firmará: 150. Ni una más. Todo aquel que desee la rúbrica de la actriz en su ejemplar, tendrá que hacer cola y, por estricta orden de llegada, se distribuirán 150 tickets; que les permitirá el acceso a la caseta y que la autora estampe una dedicatoria en su libro.

 

La segunda, es el lugar que Ana Obregón ha escogido para este fin. Sin duda, uno de los más románticos e idílicos de todo el parque, la rosaleda. Un enclave de excepción, reservado para contadísimos autores; pero que, dado el caso de la actriz, la organización ha querido hacer un esfuerzo y ubicarla en este espacio tan bucólico.

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Ana Obregón, en un momento de la firma de ejemplares

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Ana Obregón, escoltada por seguridad

Ana Obregón ha llegado a la Feria del Libro vistiendo su nuevo color fetiche, el rosa. Tras la muerte de Aless, la presentadora se encerró en el negro y en el blanco. Pero ahora, con el nacimiento de su nieta Anita, apuesta todo a este color frambuesa ultra favorecedor.

La llegada de Ana Obregón ha levantado una enorme expectación. Era una de las personalidades fuertes del día que estamparían su firma en el Retiro. Debido a toda esta atención que despierta, la autora, junto a su representante Susana Uribarri, ha llegado escoltada hasta la caseta en la que se iba a llevar a acabo la firma.

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Ana Obregón ha sido escoltada por seguridad

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Horas de espera y largas colas

La firma, anunciada desde hacía semanas, ha despertado un enorme interés; de ahí que hubiera cola desde primera hora de la mañana. Los fans de la actriz han madrugado para conseguir su ejemplar y a las 7 de la mañana llegaban los primeros. La firma se extendería entre las 12 y hasta las 15 horas. Sin importar el calor y el tiempo de pie, los seguidores se han volcado con ella, aunque también se han vivido momentos de máxima tensión debido a la condición de los tickets repartidos.

Ana Obregón: "'El chico de las musarañas' es el libro de una madre mutilada"

“Este es el libro escribo por una madre mutilada, con el corazón roto”; dijo en la presentación ante la prensa de ‘El chico de las musarañas’; “escrito en tinta roja de sangre”. Ana Obregón asegura que sentarse a escribir esta novela ha sido uno de los ejercicios más difíciles de todos cuantos ha hecho. No tenía ni fuerza ni valor suficiente de volver a remover tanto sufrimiento; pero lo hizo por Álex. Cuando se cumplieron los dos años de su fallecimiento, su madre sintió que había llegado el momento. Buscó la manera de recuperar aquel texto que su hijo, en Estados Unidos, durante una de las sesiones de tratamiento, le confesó estar escribiendo y trató de darle forma. Quería compartir lo vivido por el empresario, pero, también, el infierno que vivió ella cuando le comunicaron que su único hijo padecía uno de los cánceres más agresivos, especialmente con niños y jóvenes.