Era un auténtico misterio el diseño que Ana Obregón elegiría para despedir el peor año de su vida. "Ni rojo ni negro", confesaba semanas antes de la gran noche. ¡Ha sido blanco! El objetivo de la actriz era ofrecer a través de su vestido luz y esperanza, y qué mejor que el tono más resplandeciente para cumplir con sus requisitos, además, tal y como ella misma desveló porque es el color del luto en otros países.

Alejandro de Miguel, artífice de esta preciosa creación que ha enamorado a todos ha confesado que se dejó llevar "por el latido de su corazón" en su creación.