Ana Cristina Portillo presume de su exótica luna de miel en Japón tras su boda con Santiago Camacho

Ana Cristina Portillo está en plena luna de miel en Japón con su ya marido Santiago Camacho, de la que ha compartido unas preciosas fotografías

Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 4 de octubre de 2024, 20:03

Instagram @anacristinapd
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El pasado 28 de septiembre, Ana Cristina Portillo (31 años) vivió uno de los días más especiales de su vida. Rodeada de amigos y familiares, la hija de Sandra Domecq se dio el 'sí quiero' con Santiago Camacho, su novio desde hace muchos años. Elegancia, originalidad y mucha ilusión marcaron la ceremonia y la velada, que se grabó en la memoria de los invitados para siempre. Ana, luciendo un vestido con gran cola,

Como es habitual, después de esta gran boda, Ana Cristina y Santiago han puesto rumbo a su luna de miel. Durante varias semanas, los recién casados recorren naciones que siempre han querido conocer para celebrar su unión. En el caso de la hermana de Alejandra, Eugenia y Claudia Osborne, el destino escogido ha sido Japón. Portillo ha querido conocer las tradiciones, gastronomía y rincones más bellos del país nipón. Gracias a las imágenes que la joven ha compartido en sus redes sociales hemos podido descubrir algunos de los emplazamientos que han visitado. 

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De Kioto a Okayama, la ruta de Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho en Japón

Es casi una norma no escrita que cuando se visita un país tan diverso y con tantos monumentos como Japón se tienen que visitar varias de sus regiones. Eso es lo que han hecho Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho que han decidido recorrer varias zonas. La primera parada de este viaje era Kioto, una de las áreas con algunos de los paisajes más espectaculares de la nación.

Esta ciudad fue pensada para ser la capital del imperio japonés, donde sus más de 2.000 templos hacen las delicias de los turistas, así como sus estampas otoñales. También es típico de esta zona sus rituales espirituales y la cocina kaiseki, algo totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados. 

"Japón es una postal constante", ha escrito la joven en sus primeras horas allí. Aquí, la pareja ha escogido el Ace Hotel Kioto, que intenta mantener la tradición de esta región a la vez que la combina con las modernidades más importantes. También han disfrutado de restaurantes como Kappa Sushi, una opción excelente de esta localidad.

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Además, la pareja ha mostrado querer acercarse a la cultura y han visitado el barrio de Gion para conocer a una maiko, aprendiz de Geiko, como se llaman a las geishas en Kioto. "Normalmente, el aprendizaje hasta llegar a geiko dura unos 5 años. En esos años, aprenden bailes tradicionales japoneses (cambian según la estación del año).

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También "aprenden a tocar instrumentos como el shamisen (instrumento de 3 cuerdas) y canto. Además, se entrenan en la ceremonia del té y muchas más cosas", ha explicado Portillo.  Su siguiente parada fue Okayama, donde visitaron el castillo con el mismo nombre, donde no han dudado en mostrar la belleza del paraje. "Castillo de Okayama. También lo llaman Castillo del Cuervo Negro por su pintura negra", ha explicado la joven.

Una vez dentro del castillo, Ana Cristina ha mostrado algunos de los detalles, como las decoraciones doradas que terminan las puntas del templo. "Las figuras son sachihoko, seres místicos en forma de pez con cabeza de dragón. Se cree que estos guardianes tienen el poder de escupir agua para extinguir incendios, protegiendo así el castillo contra desastres y manteniendo la paz. Esta tradición simboliza la protección continúa y la fortaleza", ha revelado Ana.

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