"Mario Vargas Llosa sabía desde hace cinco años que se iba a morir". Esta es la impactante revelación del periodista Martin Bianchi para 'El País'. El escritor había recibido en 2020 un diagnóstico definitivo. No había posibilidad alguna. Sabía que iba a ocurrir pero decidió guardárselo en la intimidad. No quiso contarlo, no quiso que trascendiese, no quiso que nadie supiese que su vida terminaba. Sí empezó a hablar y escribir mucho sobre la muerte, nada extraño para un cronista que ya llegaba a los 90 años. La realidad era distinta.
Vargas Llosa escribió a sus hijos una carta donde se sinceraba. Ahí su mundo comenzó a cambiar. Ahora se entienden muchas de sus decisiones. Se comprende de otra forma la ruptura con Isabel Preysler y su regreso al lado de Patricia Llosa. También la reconciliación con sus tres vástagos y los escenarios de sus novelas. Comenzó a frenar su trabajo y se fue despidiendo de sus columnas y tribunas. También de los viajes y conferencias. Vargas Llosa sabía que le quedaba poco.
Fue este pasado lunes cuando el Premio Nobel, ya muy delicado, fallecía en Lima. Acababa de cumplir los 89 años y lo hacía rodeado de toda su familia. La que siempre estuvo a su lado excepto en esos ocho años donde se marchó a Madrid a vivir su historia con la reina de corazones.
El secreto mejor guardado
Vargas Llosa no dejó sus rutinas. Continuó escribiendo cada día, continuó haciendo ejercicio y continuó, en aquel momento, pasando su tiempo junto a Isabel Preylser. Le vimos en presentaciones, en photocalls, en premios y en eventos. No paraba. Combinaba su trabajo como literato con sus intervenciones políticas y la parte más festiva junto a la socialité. No quiso que nadie supiese de sus continuas revisiones médicas, informa Bianchi.
GTRES
Logró que la enfermedad pasase desapercibida. Claro que el brillo de los focos también ayudó. Vargas Llosa comenzaba a planificar lo que serían sus últimos años y no iba a pasarlos junto a Preysler. Rompieron a la vista de todos y el escritor volvió al lado de sus hijos y de la que había sido su mujer durante cincuenta años, Patricia Llosa. Si retomaron su romance o no es algo que nunca llegaron a confirmar. En el último adiós, Patricia estuvo ahí.
Fueron sus hijos los que comunicaron la triste noticia de su fallecimiento. Lo hicieron con un comunicado firmado por los tres. No habría ni ceremonia pública ni nada que se le pareciese. Ese fue uno de los requisitos que puso el escritor. Vargas Llosa lo tenía tood planeado.
La vida al lado de Preysler
2023 no fue un año fácil para Isabel Preysler. La socialité pasaba por una auténtica montaña rusa. De un mediática ruptura a un boda multitudinaria, de un ataque de celos aun reencuentro que ocupó páginas y páginas en la prensa. Todo lo que toca Preysler termina siendo noticia y ella lo sabe. En el ojo del huracán desde que se casó con Julio Iglesias, la madre de Tamara Falcó ha visto como sus vástagos continúan con su vida aunque siempre con la mirada puesta en el ejemplo de la Preysler.
@AlvaroVargasLl
La socialité lograba desprenderse de la sombra de su relación con Mario Vargas Llosa. La ruptura con el Premio Nobel hizo que Isabel volviese a estar en boca de todos. De hecho, pese al silencio de Preysler, el escritor seguía avivando el fuego a través de sus relatos y novelas. ¿No ha logrado olvidar el amor que tanto les unió? A eso hay que sumarle la ruptura y posterior boda de Tamara, la familia que ha formado Ana Boyer, la retirada de Enrique Iglesias, la nueva relación de Julio José y todo lo que ocurre alrededor de su extensa figura.
Celos y traición: la ruptura con Isabel Preysler
El “amor de pichula” que acabó escribiendo Mario Vargas Llosa no duró demasiado. El escritor narraba en uno de sus últimos trabajos como había vivido el salto al papel cuché de la mano de Isabel Preysler. Pese a desprender amor por los cuatro costados mientras eran pareja, el Premio Nobel no guardó un especial cariño por la que fue su novia. De nuevo al lado de Patricia Llosa, su exmujer y madre de sus hijos, el escritor parecía haber olvidado las muestras públicas de afecto que siempre le dedicó a la socialité. Claro que su ruptura fue tan mediática que casi lo hemos olvidado todos.
El desamor llamó a la puerta de casa de Isabel Preysler por partida doble. Mientras Tamara Falcó se convertía en la mujer del momento tras el explosivo vídeo de Íñigo Onieva besándose con otra mujer, su madre, Isabel, pasaba por su propio infierno tras terminar con Vargas Llosa. Los rumores sobre una distancia entre el escritor y la socialité llevaban tiempo sonando. Cada uno mantenía sus compromisos individuales y comenzaban a estar más alejados que nunca. Era un reflejo de lo que estaba ocurriendo.
El escritor volvió a retomar contacto con su exmujer y cortó por lo sano con Isabel. Para alegría de sus hijos, claro. Ninguno vio nunca con buenos ojos a Preysler y no se cortaron en evidenciarlo en público. Las cartas y mensajes que transmitieron dejaban claro que la madre de Enrique Iglesias no era especialmente bienvenida en el hogar de los Vargas Llosa. No fue casualidad que de las primeras apariciones del Nobel post ruptura fuese junto a su hijo y leyendo una primera edición de ‘Madame Bovary’. Todo mensajes.