Amaia Montero ha actuado en los Premios Dial y los usuarios de redes sociales la han notado diferente, cambiada. Un sentir que necesitaban compartirlo con el mundo entero y lo han reflejado en comentarios del tipo: “irreconocible”, “qué le ha pasado en la cara”, “qué se hizo, con lo mona que era”… y así una buena pila de tuiteros que venían a decir que la artista de ‘Nacidos para creer’ estaba distinta a como la recordaban. Si la recordaban de ‘Cuéntame al oído’ es normal que la vieran diferente, ellos seguro que también están distintos, pues han pasado 20 AÑAZOS.
Últimas noticias para todos los despistados: el físico no es eterno. Somos materia viva que cambia por el paso del tiempo y, a veces, si así lo queremos, le hacemos evolucionar nosotros. Se lleva haciendo desde la antigüedad. Lo hacían en épocas de las pirámides, cuando ellos y ellas remarcaban sus ojos con khol y alargaban las miradas, haciéndolas más profundas. Ojo, y nadie salía diciendo: “Ramses estrena nueva cara” o “Nefertiti, irreconocible”. Maquillamos nuestro cuerpo para infundir miedo al enemigo y también lo modificamos para volverlo más apetecible, como Matahari que sonrosaba sus pezones con tintes rosas, imitando el color de la excitación.
Hace unos días, Ivonne Reyes tenía que salir al paso dando explicaciones de lo que se había hecho en rostro o lo que se había dejado de hacer. Su imagen había desatado un aluvión de comentarios en redes sociales. Ella, con gracia, lo explicó: “todo se debió a un cóctel de vitaminas y ácido hialurónico, que me provocó una reacción alérgica”. También lo han hecho Mariló Montero o Laura Escanes, quien, tras años negando que se hubiera puesto más labios, reconoció que sí llevaba infiltraciones. El mundo siguió girando. Si diéramos la misma naturalidad a esto que a hacerse un pendiente nuevo, quizás la gente no querría ocultar, casi avergonzados, que han pasado por las manos de un médico estético.
En la libertad del individúo también entra la de cambiarse, igual que los 'trolls' son libres de comentarlo. Amaia Montero con nueva imagen, con la que tenía en el 98 o con la que hizo la Primera Comunión era una artistaza desde la cuna, y eso no hay operación que lo cambie.