La ruptura entre Mario Vargas Llosa (86 años) e Isabel Preysler (71 años) no deja dar titulares. Mientras que la socialité decidía poner tierra de por medio con el objetivo de alejarse de la tormenta mediática, el Premio Nobel sigue adelante con su vida rutinaria en Madrid. En las últimas semanas se ha hablado mucho del acercamiento que habría protagonizado el escritor con su exmujer, una unión aparentemente cordial de la que al fin tenemos las imágenes.
Ha sido Álvaro, el primogénito de Mario Vargas Llosa y Patricia el encargado de hacer públicas una serie de imágenes que confirman el encuentro entre sus padres el pasado mes de septiembre cuando el autor todavía mantenía una relación con Isabel Preysler. Un gesto que no ha pasado desapercibido para nadie y que escondería una clara intención por parte del ensayista de demostrar que entre sus progenitores hay una magnífica relación mucho antes de que la reina de corazones desapareciera de la vida del escritor, algo que les hace muy felices.
De todas las imágenes que ha compartido Álvaro y que tuvieron lugar en Lima (Perú), hay dos en las que Mario y Patricia aparecen intercambiando confidencias, reflejo que después de más de ocho años de guerra han conseguido superar las tiranteces que existía entre ellos cuando saltó a la luz el romance del Premio Nobel con la madre de Tamara Falcó.
Resulta paradójico que estas fotografías tan sorprendentes se hayan hecho públicas cuando los rumores de una posible reconciliación entre el exmatrimonio suenan con más fuerza. Sin embargo, el propio Vargas Llosa se encargó de negar la mayor al ser preguntado por una segunda oportunidad con la madre de sus hijos.
Álvaro, Gonzalo y Morgana, el mayor apoyo de Mario Vargas Llosa tras la ruptura
Mario Vargas Llosa puede presumir de tener una gran familia formada por sus tres hijos: Álvaro, Morgana y Gonzalo, y siete nietos por los que siente absoluta devoción. A pesar de la distancia que les separa, el escritor mantiene un vínculo muy fuerte con todos ellos y es común que viajen a Madrid para pasar tiempo juntos. Nada más enterarse de su ruptura con Isabel Preysler, Álvaro se trasladaba a Madrid para estar al lado del Premio Nobel y junto a él daba la bienvenida al 2023 en París. En la capital también ha estado Morgana, la niña de los ojos del escritor. Prueba fehaciente que confirma que sus hijos se han convertido en un apoyo incondicional para él en estos momentos tan controvertidos de su vida.