Los retoques estéticos están a la orden del día. Alma Bollo, caracterizada por ser una joven muy natural sin ningún retoque aparente, ha hablado abiertamente de los complejos que tiene. Aunque con el paso de los años ha aprendido a quererse tal y como es, la hija de Raquel Bollo ha confesado que hay partes de su cuerpo que no le gustan nada por las que no le importaría pasar por el quirófano.
"Una cosa que siempre he querido tocar ha sido mis labios, siempre he querido rellenarlo con ácido. Antes de quedarme embarazada lo iba a hacer pero al final nada. Me gustaría hacerlo cuanto antes", explicaba sin ningún tipo de vergüenza y es que si algo apoya Alma es mejorar para hacerte sentir mejor.
La joven, que acaba de ser madre por primera vez, ha recordado como una de sus grandes obsesiones siempre fue el pecho: "Siempre he dicho que nada más cumplir los 18 años me operaba el pecho pero a los 17 empecé a dudar. Se llevaban los escotes muy grandes y me di cuenta que me gustaba más un pecho pequeño, es más elegante", pero no se quedó ahí y es que recientemente se reafirmó en su decisión: "Cuando me quedé embarazada me reafirmé en que no quería operarme el pecho porque me aumentaron mucho y la peor experiencia de mi vida".
Especial atención le ha dado a los complejos. Ella misma reconocía que siempre ha sido una joven con muchos complejos "Siempre he sido delgada pero con curvas. Me veía las piernas veía muy gordas, no me gustaban… si tuviese que entrar en un quirófano sería para hacerme una liposucción en las piernas. Lo haría con los ojos cerrados", reconocía con mucha sinceridad pero antes de eso tiene un retoque pendiente y no es otro que su sonrisa: "Lo que tengo claro que voy a hacer en cuanto termine el confinamiento es arreglar mis dientes. No me he arreglado la boca antes porque no se ha dado la situación pero si ha sido algo que he querido hacer siempre".