Con el corazón roto y sin poder apartar la mirada de la lápida. Así estaba Alessandro Lequio en su última visita al cementerio de La Paz donde reposan los restos mortales de su hijo mediano, Álex Lequio. Tanto el colaborador como Ana Obregón, suelen visitar muy a menudo la tumba de su hijo, a la que llevan flores y siempre mantienen cuidada.
El día que se cumplían 6 meses del aniversario más triste de todos, Alessandro Lequio fue fiel a su cita. El italiano pasó algunos minutos junto a la tumba, a la que ordenó las flores que la rodeaban y dirigió una mirada de profunda pena. Desde que falleció “su guerrero”, la vida no ha sido igual. Ni para él ni para su madre, quien, poco a poco, trata de volver a su nueva normalidad. Una nueva vida mucho más dura y mucho menos alegre porque no está Álex en ella, sí, pero que tienen que seguir exprimiendo, pues se lo deben a él.
Ese mismo día, redes sociales, donde Alessandro Lequio está compartiendo sus fotos más personales junto al gran Álex, publicó un precioso recuerdo de ese mismo día pero en 2004, cuando los dos, padre e hijo, estaban de viaje en Italia. En ella, ambos posan junto a una estatua, en un paisaje nevadísimo. Ahora su familia y seres queridos se aferran a instantes y recuerdos como estos, que reviven una y otra vez. Vivencias que pulen para que no pierdan nitidez y, de esta manera, no se pierda ni un detalle de lo que era la vida junto a Álex. Gracias a esto, el joven no les deja ni un solo instante. Les acompaña y les da fuerza. Su recuerdo lo envuelve todo.