Las Campos son una de las familias más mediáticas de nuestro país. No hay gesto, declaración a silencio que no genere una gran expectación.Carmen Borrego y Alejandra Rubio han sacudido la estabilidad y tranquilidad del clan con un crudelísimo enfrentamiento. Tía y sobrina se han visto las caras en medio de la gran crisis que atraviesa su relación. La secuencia no deja indiferente a quien la observa: caras serias, gran expresividad en las manos, una tensión entre ellas que puede cortarse con un cuchillo. Hay mucho dolor y decepción acumulado en su interior.
María Teresa es el miembro de las Campos que más cuidan, eso es más que evidente. Es tal el celo que ponen Terelu Campos, Carmen Borrego y Alejandra Rubio, que su diferencia a la hora de defenderla y cuidar de ella acaba generando roces entre ellas. El último enfrentamiento familiar lo vienen protagonizando tía y sobrina. La bola de nieve ha crecido tanto que atraviesan una crisis que ha llegado a un punto desconocido para ellas.
El distanciamiento es tal que ha erosionado la unión de Alejandra y su madre, que es casi indestructible, y las hemos visto haciéndose duros reproches en el plató de 'Viva la vida'. La nieta de María Teresa Campos se ha negado hasta ahora a hablar con Carmen. Ambas han encontrado por fin ese esperado momento al que Alejandra tanto se resistía.
Tal como han ido confesando a lo largo de estas semanas, Alejandra y Carmen se han decepcionado mútuamente. La hija de Terelu no encajaba de buen grado que Carmen tendiera puentes con Jorge Javier Vázquez después lo crítico que se mostró el presentador con su abuela tras su comentada entrevista en 'Sábado Deluxe' en octubre de 2020. La joven tertuliana manifestaba su disconformidad en directo llamando a su tía "cobarde" y produciendo una punzada en Carmen. "Con mi sobrina también hay veces que me he sentido dolida. Estas cosas me sientan mal pero, ¿voy a ir contra una niña de 20 años?", nos contaba en su última entrevista exclusiva para Lecturas.
Estas declaraciones a nuestra revista no hicieron nada de gracia a Alejandra y recrudecieron la tensión que se ha instalado entre ellas. Carmen asegura que le ha costado lágrimas ponerse en contacto con su sobrina, que ha evitado hasta ahora hablar con ella. En la última secuencia de imágenes que han protagonizado en las calles de Madrid, tía y sobrina escenifican cómo el dolor que se han causado ha lastrado la envidiable confianza que han venido exhibiendo siempre.