El puente de las emociones de 'Supervivientes 2020' se ha trasladado hasta el plató de 'Viva la vida'. Tras las confesiones más duras de Suso Álvarez le ha llegado el turno a Alejandra Rubio. Con evidente temor, la hija de Terelu Campos se enfrentaba a palabras como la culpa, el perdón, el arrepentimiento o el distanciamiento y no ha tenido reparos en hablar abiertamente de sus sentimientos.

Si hay algo que atormenta a la joven es la culpa que siente por no haber estado al lado de su madre sobre todo cuando recayó en la enfermedad: "Me siento culpable de haber dejado sola a mi madre con su enfermedad. Solo pensé en mí", reconocía con la voz entrecortada y es que cuando a Terelu le volvieron a diagnosticar el cáncer Alejandra decidió independizarse: "Debería haber esperado... Lo pasó tan mal", afirma echando la vista atrás. "Con 18 años dije 'adiós' y no permití que nadie se metiera en mi vida", revelaba con un poco de dolor.