A caballo entre Barcelona y Madrid, feliz con su trabajo en ‘Vamos a ver’, volcada en el día a día de sus tres hijos y muy enamorada, Alejandra Prat asegura que disfruta a tope de cada momento. Nos lo contó en la entrega de los premios Victoria de la Belleza, que se celebró en Barcelona.
Una cita de belleza. ¿Qué haces tú para estar bella?
-Me cuido con todo lo que puedo y más, porque ya llegando a los 50 cada vez necesitas más extras. Pruebo todas las cremas, todos los tratamientos, todo lo que sea no pasar por quirófano.
Este año tu marido y tú celebráis los 18 años de casados. ¿Cuál es el secreto?
-Estamos en un momento muy bueno. El secreto no lo sé. Yo no creo que nada sea eterno y él tampoco. La pareja hay que cuidarla cada día, hablar, respetar, perdonar... Y hacerlo día a día.
¿Cómo es trabajar con tu hermano?
-Tiene un encanto extra añadido. Trabajando con él me exijo mucho más porque el hecho de tener una relación familiar muchas veces hace que juzguen por qué estás ahí. Intento que no haya fallos, que no haya errores para que no se pueda criticar nada.
¿Es un jefe exigente?
-Muy exigente, pero lo es porque también lo es consigo mismo. No puede evitarlo.
Este mes de junio se cumplen 30 años de la muerte de tu padre.
-Sí, mi padre era un padrazo, siempre estuvo ahí, nunca nos falló, nunca fue un padre ausente y sigue muy presente en nuestras vidas. Hablamos muchísimo de él.
Estaría orgulloso de que Joaquín y tú hayáis seguido sus pasos, aunque creo que no pudo verlo
-Sí, estaría orgulloso. El día que yo decidí estudiar periodismo, él me llevó de visita a la universidad y luego me dejó en el colegio. Ese día se puso enfermo y entró en coma, pero ya sabía que yo quería estudiar periodismo.
Él se fue, pero la familia sigue siendo una piña.
-Sí, somos una familia superunida. Hay baches, hay cosas que están bien, otras que no están tan bien, hay momentos, pero sí, somos una piña.
Hace un tiempo salió a la luz el distanciamiento de tu hermano Federico. ¿Cómo sigue vuestra relación con él?
-Está todo igual. Hablamos con él, yo le adoro, le quiero con locura, pero llega un punto que uno elige su camino.
Nos dijiste un día que eras una madre exigente. ¿Sigues siéndolo?
-Sí, muy exigente. Estoy muy pendiente de ellos. Soy una madre que está superimplicada en la educación de mis hijos.
16, 15 y 13 años. ¿Cómo lidias con tres adolescentes?
-Bien. Los dos mayores, más o menos, han pasado lo peor. Y el pequeño está ahí, en la etapa más rebelde. Pero son muy buenos niños.
��Te gustaría que siguieran la tradición y fueran periodistas?
-Me encantaría, pero no les quiero condicionar, que elijan ellos su camino.
¿Sigues pensando en participar en los JJ OO en la categoría de doma clásica?
-Sí, sigo preparándome a tope. Entreno todas las semanas, tengo un superentrenador que se llama Agustí Elias que me ayuda y me apoya. Cruzo los dedos, creo que Los Ángeles 2028 es una opción. A ver si podemos llegar