ÁLBUM: Familiares y amigos arropan a Paloma Cuevas en su peor momento

Paloma Cuevas está pasando por el peor momento de su vida, pues su hermano menor, Victoriano `Nano ́ Cuevas Díaz, de 41 años, fallecía inesperadamente el pasado lunes 22 de diciembre víctima de una parada cardiaca. Había ingresado el domingo en un hospital aquejado de un principio de neumonía, de la que se estaba recuperando, cuando le falló el corazón.

 

Esta pérdida ha dejado a toda la familia Cuevas sumida en un profundo dolor y pesar, más en estas fechas, en las que está próxima la Navidad. El cuerpo del fallecido fue trasladado desde el Instituto Anatómico Forense, donde se le practicó la autopsia, hasta el Tanatorio de la M30 en Madrid. Hasta allí se acercaron sus padres, Victoriano Valencia y su esposa, Paloma, que se encontraban rotos por el fallecimiento de su hijo.

 

Junto a ellos, arropándolos, estaban Paloma Cuevas y su marido, Enrique Ponce, quienes están viviendo una pesadilla. Arropándoles en estos duros momentos que les ha tocado vivir estuvieron en el tanatorio grandes amigos del torero Enrique Ponce y del ganadero, Victoriano Valencia. Así, podemos destacar la presencia de Victor Puerto y su esposa, Noelia Margoton; Pepín Liria, Sebastián Palomo Linares y Jaime Ostos y su esposa, Mª Ángeles Grajal.

 

La representante Susana Uribarri, la estilista Nati Abascal; el padre Ángel; el empresario Pedro Trapote y su esposa, Begoña García Vaquero; Paloma Segrelles, madre e hija; el exfutbolista Pedja Mikatovic, la periodista y escrotora Mamen Sánchez; la embarazada Gema Ruiz y su esposo Juan Díaz Alonso; la bloguera Fiona Ferrer, el restaurador Lucio; Paco Camino Sanz, hermano de Rafi Camino; el empresario Pepe Barroso y su esposa, Mónica Silva; la modelo y bloguera de moda Eugenia Silva; Beatriz Matallana; Patricia Rato, que llegó con su hija Alejandra; la actriz Lydia Bosch y Carmen Martínez Bordiu, que coincidió con su hijo, Luis Alfonso de Borbón, que llegó acompañado por su esposa, Margarita Vargas.

 

Todos ellos quisieron arropar a la familia en estos momentos de desconsuelo por el fallecimiento inesperado de Victoriano, que solo tenía 41 años, aunque llevaba algún tiempo aquejado de problemas de corazón.