Alba Díaz Martín, llorando como nunca al acabar su viaje de cooperación

“He descubierto mi sitio”. Alba Díaz Martín, con su grado en ADE, sus contratos con marcas de lujo y su vida híper acomodada desde que nació, ha encontrado su lugar en la tierra tras hacer un viaje de cooperación a África. La hija de Vicky Martín Berrocal ha pasado las últimas semanas colaborando con una ONG en el continente vecino.

"Hace unos meses, en un preguntas y respuestas que hice alguien me pregunto si tengo algún sitio dónde ir para evadirme y conectar conmigo misma y mi esencia, respirar, analizar y todo ese tipo de cosas. Contesté que no sabría decir un sitio en concreto que me diera tantas cosas a la vez y me evadiera de mi día a día, haciéndome sentir la persona más feliz en el planeta, no había dado con el todavía. Ahora puedo decir que sí. Esta isla me ha hecho muy feliz y seguramente lo siga haciendo ya que siempre la llevaré conmigo… Gracias Mfangano y gracias a su gente por darle un giro a mi vida”, ha dicho agradecida por lo que ha supuesto para ella estas semanas en Kenia.

Ayer le tocaba regresar y las lágrimas asomaban en su rostro. Alba Díaz no podía evitar emocionarse al dejar atrás a todas las personas que ha conocido, especialmente a los niños con los que ha entablado una preciosa relación y de quienes ha aprendido tantísimo. Ellos han sido sus mejores maestros. “Ha sido de las despedidas más duras de mi vida, pero me voy muy contenta de haber vivido este casi mes con los niños y el resto de voluntarios”. La joven influencer ha hecho este viaje acompañada de una de sus mejores amigas y las dos regresaban a España destrozadas tras dejar atrás tanto vivido.

En Madrid le espera su madre, Vicky Martín Berrocal, que no está viviendo un buen momento tras su última ruptura amorosa. Coincidiendo con la marcha de Alba, salía a la luz su separación de Joao Viegas, su última pareja. La diseñadora ha hecho frente a estas circunstancias sin estar arropada por su hija, que siempre la sostiene. Por suerte, la sevillana cuenta con el cariño de su madre y de su hermana que, durante este tiempo, no le han soltado la mano.