Casi lo podía acariciar con las manos. Alba Carrillo ya se veía llevándose a casa ‘el cheque’ con el que tanto soñaba Iván, el cuarto finalista, pero finalmente quién lo ingresará en su banco será José Luis. Que Alba no se haya conseguido el premio en metálico no significa que no haya triunfado en ‘Supervivientes’, sino todo lo contrario, ella es la auténtica ganadora de la edición.
En 2017 se ha vuelto a cumplir el perfil de los últimos ganadores de SV, varón, que se ha entregado a la pesca y a las labores propias de esta aventura, dejando de lado las polémicas propias de un reality y que quizás no era tan conocido como muchos de sus otros compañeros. Él, eso sí, tiene algunos añitos más que los anteriores ganadores: Jorge, Christopher o Abraham. Ninguno de ellos, a excepción de Abraham participando en el reality del que salió, ‘Gandía Shore’, ha tenido una trayectoria ligada a la televisión. Bien de mutu provio, bien obligados, cogieron su premio en metálico y continuaron con su vida alejados de las cámaras. Y con José Luis presentimos que ocurrirá exactamente igual. Al cocinero no le interesa lo más mínimo su presencia en medios, puede que el dinero lo dedique a cumplir su sueño, abrir un restaurante propio y seguir como si nada, como si 'Supervivientes' solo hubiera sido un paréntesis en su vida.
El caso de Alba Carrillo es muy diferente. Su vida profesional está ligada a la tele y a las entrevistas. Es un personaje público, interesa. José Luis no quiere interesar. Gracias a este programa, Alba está de moda, algo vital para una ‘celebrity’. En esta carrera hay que aprovechar los picos de fama y ahorrar para los valles. Ahora mismo ella está en una cima, esto se traducirá en colaboraciones con programas, quizás conseguir su propia 'silla' en un espacio de entretenimiento, entrevistas, contratos de publicidad… Por no hablar del ‘lavado de imagen’ que ha supuesto el programa para Alba, que se ha ganado la simpatía de muchos que solo la veían como ‘la ex de Feliciano’. Se acabó esto. La modelo ha probado que es una desquiciada maravillosa, sí, pero también resulta tremendamente cómica, ingeniosa, sabe entretener y conectar con la audiencia.
Es su momento. El momento de una auténtica ganadora.