Por ROCÍO BARROSO
El exfutbolista Aitor Ocio rompe su silencio en torno a la polémica sobre la custodia de su hija Naia (8), fruto de su relación con la modelo Laura Sánchez. A la tempestad sigue la calma que finalmente ha llegado a su vida. Con su residencia y la de su hija fijadas en Bilbao, Aitor disfruta de un dulce momento sentimental al lado de Covadonga Riva, en quien ha encontrado la estabilidad que tanto ansiaba y con quien le gusta compartir sueños e ilusiones. Hablamos con él en el Sport Hotel Hermitage de Soldeu (Andorra), después de una intensa jornada de esquí en Grandvalira. El exfutbolista es ahora la nueva imagen de Jaguar, además de empresario al frente de Oriental Spa y la clínica Henao que ha abierto en su tierra.
¿Lloraste el día de tu despedida?
-Soy de lágrima fácil. Que no se me vea llorar no significa que no llore. Es un rasgo muy personal, a veces un poco débil, o más de lo que me hubiera gustado en muchos momentos, nostálgico, y en este caso era cerrar lo que había sido mi vida. Según hablaba se me pasaban por delante todas la imágenes desde que era un niño e iba a campos de tierra con mi padre.
¿Echas de menos el fútbol?
-Nada en absoluto. Fue una decisión muy consensuada y muy meditada. No fue una lesión ni nada repentino. Lo tenía decidido porque así lo había querido. El resto era continuar una vida lejos de Bilbao que por circunstancias personales no eran las idóneas para ese cambio.
Apostaste por tu vida personal, ¿pesó ante todo ser padre?
-Mi vida personal engloba todo. Es cierto que en agosto de 2006 mi escala de valores se movió de una forma definitiva. Las decisiones que tomara iban en función de lo que podía ser mejor para mi hija. Por ello, en aquellos momentos, conocéis situaciones que pasé en activo, tuve que plantearme una salida de Bilbao, hablé con el club y les dije que estaba dispuesto a rescindir mi contrato para poder estar realmente donde estuviese mi hija.
Tu prioridad es estar siempre al lado de tu hija.
-Concebí a mi hija para poder darle todo lo que pudiese en todos los aspectos. El tiempo para mi tiene mucho valor. En la vida, si uno no viaja, lo hace más adelante, si no hace deporte, lo hace en otro momento, pero los momentos que uno tiene con su hijo o deja de estar con su hijo no los recupera. Yo tenía claro que eso no quería que me ocurriese. Afortunadamente, el futbol me ha dado muchas cosas buenas y ha sido una profesión que me ha permitido llevar a mi hija a la guardería, recogerla diariamente. Entiendo que hay profesiones que te obligan a estar tiempo fuera, pero tenía la opción de poder elegir dónde ir y cuándo ir. Esto para mí es una suerte.
¿Cómo es Naia?
-Es una niña normal. Con ocho años es tremendamente feliz, entusiasta, alegre, a la vez independiente, solidaria muy generosa… Estoy encantado, quien la conoce sabe que lo que digo es cierto. Uno como padre puede tener una distorsión de la realidad o un punto subjetivo importante, pero sus profesores, sus compañeros… coinciden en esto.
¿Laura ha participado en esto?
-Por supuesto, Naia es hija de los dos y ella ha correspondido en esta parte.
¿A tu hija le han afectado vuestros problemas con la custodia?
-No. De alguna manera hemos podido cerrar filas en torno a ella y protegerla.
¿Cómo es tu relación con Laura ahora?
-De absoluto respeto. Me merece todo el respeto como persona y como profesional y, por supuesto, como madre de mi hija que es. Es cierto que en todo este tiempo ha habido diferencias, pero hay una realidad y dos puntos de vista. A veces han sido muy distintos y, llegada esta tesitura, hemos necesitado una mediación.
¿Cómo está la situación judicial actualmente?
-Está todo regulado. En el ultimo encuentro, hace unos meses, tomamos una decisión de mutuo acuerdo donde marcamos el convenio actual. Se estableció que el lugar de residencia iba a ser Bilbao y se han regulado los tiempos de uno y de otro. Pero lo importante es que Naia nos tiene a los dos. Tiene lo mejor de Laura y de mi. De alguna forma lo sabe, lo siente y lo percibe.
¿Laura, a pesar de estar en la distancia, se implica en el día de Naia?
-Absolutamente. Era una cuestión de organizar unos tiempos y normalizar la toma de algunas decisiones cotidianas.
Laura afirmó que echaba de menos a su hija, que cogía aviones como si fueran taxis.
-Nunca hemos vivido en Madrid. Vivíamos en Bilbao y ella inició una vida profesionalmente más activa, esto es totalmente legítimo. Llegó una separación, que si se hubiese explicado el motivo mucho de lo que ha pasado se hubiera ahorrado, pero es la madre de mi hija y tenía que proteger ciertas cosas. Opté porque todo era de normalidad, cuando no lo era.
¿Ha conseguido algo de lo que pedía en el acuerdo por la custodia?
-Lo importante es que la situación de Naia es completamente normal y está regulada.
Tu imagen no ha salido muy bien parada en este aspecto…
-Cada uno es dueño de sus actos y sus palabras. Entendía que tampoco podía hacer mucho más. He intentado hacer lo que mejor he sabido por el bien de mi hija y todas las decisiones que he tomado desde que nació Naia han sido por el bien de ella. Unas pueden no coincidir o no corresponder a la idea de la otra parte, pero tampoco me puedo hacer responsable de las decisiones de los demás. De un tiempo a esta parte no hay opiniones públicas, es algo que agradezco, y no quisiera volver a generarlas.
¿Qué has encontrado en Covadonga?
-Todo lo que puedo esperar de una pareja. Es mi compañera, mi amiga, mi confidente… Es con quien comparto sueños, ilusiones, proyectos.
¿Cómo es?
-Es una chica normal con una vida propia para su edad, ha terminado sus estudios y ha empezado su vida profesional.
¿Cuánto lleváis juntos?
-Prácticamente dos años.
¿Cómo la conociste?
-Por amigos en común y un día surgió el amor.
Salías de una relación larga…
-Estuve tres años y habían pasado ocho meses desde que lo dejamos [Bárbara Muñoz]. Para nada hubiera pensado que podía ser el perfil en sí misma ni era el momento en el que pensaba que pudiera estar abierto después de ese segundo fracaso sentimental, estaba cero receptivo.
¿Os planteáis casaros?
-A día de hoy, no. Tenemos una vida juntos y estoy francamente bien. Me encanta estar a su lado y compartir todo lo que hago con ella, concibo mi pareja para compartir todo, el día a día, los momentos de ocio, los viajes…
¿Has encontrado a la mujer de tu vida?
-Siempre pensé que la había encontrado en Laura, la madre de mi hija. Las experiencias de la vida, cuando no responden a las expectativas que uno se crea a posteriori, te dejan huella. Ahora no me enamoro igual que cuando tenía 17 años.
¿Te ha dejado un trauma y no te entregas igual?
-No es trauma, pero sí pensar en más allá.
¿Te gustaría volver a ser padre?
-Quiero ser papá de nuevo, pero creo que eso tiene que salir, no lo puedo dirigir. Es la grandeza que tiene el amor, que se vive mejor. No es que sin amor no se pueda vivir, pero todo se disfruta más. En este sentido, tengo el amor de familia, de hija y de pareja, me siento muy afortunado.
¿Cómo es tu relación con David Ascanio, pareja de Laura Sánchez?
-Tengo mi pareja y Laura lleva tiempo con David. No tengo necesidad de tener relación con él. Me consta que David está encantado con Naia y al revés.
¿Quién es la mujer más importante de tu vida?
-Naia.
¿Más que tu madre?
-La más, Naia. Mis hermanas, mi madre, mi pareja, mi padre… son figuras muy importantes, la pregunta era la más importante y lo tengo claro. Es diferente el amor de hijo y el de padre. Cada uno tiene su espacio y no entran en colisión.
¿Qué piensas de las mujeres que se operan por estética, te gustan?
-Hoy se opera tan bien que uno no sabe muy bien cuando alguien está operado. No tengo ningún tipo de prejuicio en ese sentido, como tampoco un patrón definido de que una persona sea de una forma.
¿Y las mujeres más mayores?
-La mujer, independientemente de su edad, es mujer. El amor no tiene edad, la persona está por encima del DNI. Además con los avances muchas veces te despistas. Lo importante está dentro, para estar con una persona tiene que haber una atracción que supera eso. Si no he encontrado algo más allá de atracción física no he podido continuar.
¿Cuándo empezaste en el fútbol profesional quien te gustaba?
-Laura Sánchez. La primera vez que la vi fue en una portada y dije “qué chica tan guapa”. Un día me la encontré y el destino nos unió, la conocí y es la madre de mi hija.
¿Cuánto tiempo dedicas a ti mismo?
-Antes que futbolista, soy deportista. El deporte es mi pasión. Cuando me retiré, practicaba todo tipo de deportes menos el fútbol pero ahora lo he retomado. Vuelvo a practicar fútbol porque a Naia le gusta, dice que quiere ser futbolista, y volvemos a los campos porque a ella le apetece. Levantarme un poquito antes de la cama para comenzar el día entrenando antes de ir al colegio o sacar un ratito el fin de semana para hacer deporte no me cuesta, no es un esfuerzo ni un sacrificio, disfruto haciéndolo.
¿Eres estricto con la dieta?
-Puedo hacer una serie de cosas como hace todo el mundo, pero el tema es cuándo hacerlo. En Francia hay muy pocos obesos, sin embargo hay unas pastelerías maravillosas, saben cuándo comerlos, no lo hacen todo el día. El deporte es un modo de vida, cuando estableces una rutina diaria en cuanto a deporte, alimentación y cuidados, el resultado no puede ser otro.
¿Cocinas en casa?
-Tengo una chica que me ayuda en casa. Pero cuando tengo un rato sí me gusta cocinar. Antes tenía más tiempo y comía viendo Arguiñano, que lo admiro mucho. Escribía su receta y la hacía al día siguiente.
¿Cuál es tu especialidad?
-Soy más del día a día y de mis ensaladas, no tengo una especialidad para sorprender a nadie. Para mi día a día me sirve, pero no para deleitar a nadie más.
¿Te gustaría rentabilizar tu imagen? ¿Con una línea de ropa interior como Beckham, por ejemplo?
-No tengo inconveniente, todos los veranos me sacan en bañador. He sido padre futbolista y ahora padre emprendedor, nunca he hecho de modelo. Me ofrecieron ser imagen de una bebida alcohólica que rechacé porque sí tengo unos valores y creo que no correspondía poner mi imagen a eso. En lo demás, relojes, telefonía o coches, no tengo inconveniente.
¿Te consideras un hombre deseado? ¿Has vivido situaciones incómodas?
-Siempre me he sentido muy respetado, no me he sentido incomodo ni violento.