Ainhoa Arteta habla, como nunca antes, de la amputación de su dedo: "Me podrían haber cortado el brazo y la pierna"

El tema del día es la nueva cara de Paola Olmedo. La exnuera de Carmen Borrego ha mostrado, en exclusiva para Lecturas, su nuevo rostro tras someterse a una complicadísima cirugía maxilofacial y estética. “Es una operación bastante traumática”, opina Ainhoa Arteta, quien, de esto, sabe mucho. 

En 2021 la soprano sufrió una septicemia en la sangre que casi le provocó la perdida de una mano y de una pierna. “Mi operación duró 7 horas”, ha contado Ainhoa Arteta, “hicieron falta 5 doctores. Me podrían haber cortado el brazo y la pierna, y ahí estuvieron intentando salvar lo que podían. Soy una afortunada”, ha desvelado en ‘El programa de Ana Rosa’. 

Ainhoa Arteta habla sobre sus amputaciones

No ha sido un proceso fácil. De hecho, ella lo tacha de traumático. En este tiempo ella ha tenido que aprender a vivir con su nueva situación y no siempre ha sido fácil. “El primer año iba en silla de ruedas”, recuerda. En uno de sus pies, tal y como ella misma ha revelado, sufrió varias amputaciones, además de reconstrucciones. Algo de lo más doloroso y molesto, porque tuvo que volver a aprender a caminar de nuevo. “Iba andando y me daba trompicones con todo. No siento los dedos de los pies porque tengo muchos injertos y amputaciones”. 

Ainhoa Arteta, conmovida por el caso de Paola Olmedo, ha hablado como nunca antes de este proceso que atravesó y con el que, a día de hoy, sigue lidiando. Ver a una chica atravesando algo parecido le ha llegado a lo más hondo de sus recuerdos, removiéndolos y sacando a florecer todo el dolor y miedo. Y es que, que esté viva es todo un milagro. Durante algunos momentos se temió por ella. 

"Es un dolor continuo. No tengo sensibilidad"

Hoy, en ‘El programa de Ana Rosa’, de la que es amiga personal, ha mostrado su mano con el dedo amputado. La soprano ha contado que necesitó rehabilitación y que ahora, si quisiera recuperar parte de la movilidad perdida, debería someterse a otra complicada operación. “Me tendrían que romper la mano entera, y ahora no quiero”. Arteta ha contado que “lidia con un dolor continuo” y que tiene la movilidad muy limitada. 

Un proceso que empezó en 2021

El calvario de Ainhoa Arteta empezó en el año 2021, cuando se contagió de covid-19, que le provocó una inflamación de las venas de dentro de las rótulas. Meses después, vivía un cólico nefrítico que se complicó y necesitó ser hospitalizada en el Virgen del Rocío de Sevilla. Su llegada al centro médico se produjo en helicóptero. Su ingreso era tan urgente que no había tiempo que perder. Pasó semanas hospitalizada, debatiéndose entre la vida y la muerte. 

La indujeron a un coma durante casi una semana, en la que los médicos estuvieron probando todas las alternativas posibles. Ninguna parecía dar resultado. La bacteria que había provocado todo esto, la Escherichia coli, no respondía a nada. Los especialistas se lo jugaron todo a una última carta: la penicilina, a la que la cantante era alérgica. Finalmente, Ainhoa respondió bien al tratamiento y pudo salir adelante. 

“Yo me vi en un espacio, no lo soñé, me acuerdo perfectamente”, ha contado en alguna ocasión, revelando cómo fue ese paso por el coma, en el que transitó entre la vida y la muerte. “Estaba en un espacio que era azul oscuro intenso. Que no llegaba a negro y con estrellas como si tuviera mucha luz".