'Aída' entona el "hasta siempre"

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Como en un gag de ‘Aída’, mientras Melani Olivares pedía un kleenex a Miren Ibarguren porque no podía reprimir la llantina, Paco León hacía lo propio con su sobrina en la ficción, pero solicitándole un palillo para hurgarse entre los dientes. Los actores de la serie más longeva de la televisión cerraban hoy ante la prensa las puertas del Bar Reinols. Diez años después de su estreno, ‘Aída’ dice adiós este domingo. 237 capítulos han sido necesarios para, por fin, llegar a la boda de Soraya y Chema, aunque ni siquiera en este episodio les va a resultar fácil pasar por el altar a los personajes de Esperanza Sur. “No defraudar” y risas, muchas emociones y también alguna lagrimita, es lo que prometen en su última entrega los responsables de esta serie que se ha exportado a más de una veintena de países de todo el mundo.

“Cerrado para siempre”, así rezará el letrero del Reinols en el último frame de ‘Aída’. Una serie que se estrenó a principios de 2005 como un spin off de ‘Siete vidas’, el primero que se hacía en nuestro país, y que ha terminado por convertirse en la más longeva de la historia de la televisión en España y en el ejemplo más claro, según Daniel Écija, productor ejecutivo, “del siglo de Oro de la ficción española”.

“Deslenguada”, “transgresora”, “valiente”, “incorrecta”, “libre”… son algunos de los adjetivos que le ha granjeado la critica durante sus diez años de emisión. Se estrenó con 6,8 millones de telespectadores, su récord histórico, y desde entonces ha concitado frente al televisor una media de 3,5 millones de fieles todos los domingos convirtiéndose así en una fenómeno social que ha exportado frases de sus guiones a las conversaciones del día a día de todos los españoles.

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El último episodio que llegará este fin de semana a la parrilla de T5 titulado “Sé lo que hicisteis en el último capítulo” se rodó este invierno antes de que se decidiera alargarla siete capítulos más para cerrar temporada. De hecho, Écija dio las gracias en rueda de prensa a la cadena de Mediaset por “dejarnos ir un minuto antes de que nos echen”.

Por eso, porque el final se rodó hace ya unos meses, los actores de Aída dicen haber pasado ya el duelo, aunque las lágrimas de Melani Olivares, Paz, parecían decir lo contrario. “Han sido diez años de placer”, explicaba la actriz catalana. “Aída ha sido parte de mi vida y ahora toca cerrar el ciclo. El último día de rodaje lloré como una tonta y pensaba que ya lo había cerrado, pero no cabe duda de que no lo hice bien. Supongo que porque ha sido una serie que me ha hecho crecer como actriz y también como persona”.

Melani Olivares
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Canco Rodríguez, El Baraja, decía que el adiós era como “si te despidieras de tu familia para ir a trabajar a Alemania y no supieras si vas a volver a verlos”. Un momento triste, sin embargo, que no todos compartían. Como Paco León, el Luisma, porque, dice, que él es “optimista por carácter. Todo es celebrable. Hemos conseguido tres triunfos. Uno, crear un éxito, porque desde el primer día, la serie fue un pelotazo, por qué extraña razón alquímica, la cosa funcionó. Después, hemos mantenido el éxito, diez años. Y el tercero, es que hemos cerrado la serie y la hemos cerrado bien. Muy frescos. Por eso, no hay motivo para estar triste. No hay motivo… hasta que te ponen la canción de Adele y dices: joder qué pena”, comentaba el actor y director sobre la promo de la serie despertando las risas de los asistentes al acto.

Paco León

El final de Aida quieren que sea apoteósico. Vuelven personajes que desaparecieron en pasadas temporadas como la propia Aída, (Carmen Machi), así como la Lore (Ana Polvorosa), Toni (Secun de la Rosa) o Ainoa (Manuela Velasco) y, como siempre, todos estarán al límite. Mientras que Soraya intenta casarse con toda su alma con Chema, éste la pospone para darle una sorpresa que parece no llegar nunca; Luisma se vuelve a encontrar entre dos amores, Mauricio pierde a Machupichu (o no) y muchas más rocambolescas tramas que, aseguran, quedarán cerradas en el último minuto. Todas, excepto una. Que la historia puede volver a repetirse.