Con él no desaparece solo uno de los más grandes de la edad de oro de la literatura latinoamericana sino también el último gran amor de Isabel Preysler. Mario Vargas Llosa moría el pasado 13 de abril en su casa de Lima a los 89 años, rodeado de su familia. “Gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás una obra que le sobrevivirá”, rezaba el comunicado de sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana Vargas Llosa. En ellos y en su mujer, Patricia Llosa, se había refugiado desde que en 2022 rompió con Isabel Preysler.
Fue esa relación de ocho años con Isabel la que abrió al premio Nobel de Literatura las puertas de un mundo de fiestas y glamour. “Estaba enamorado de Isabel, pero ese no era mi mundo”, dijo tras su ruptura. Pero lo cierto es que Vargas Llosa supo disfrutar de cada instante en ese universo que Isabel Preysler maneja como nadie. El escritor, que definió su relación con Isabel como “un amor apasionado”, aparecía siempre sonriente al lado de la socialité por la que en 2015 decidió abandonar a Patricia, el gran amor de su vida y la mujer que ha estado a su lado hasta el final.
Amores fuera de lo común
Fue en 2015 cuando Vargas Llosa e Isabel aparecieron por primera vez juntos como pareja. Hacía nueve meses que ella había enviudado de Miguel Boyer, y él seguía casado con Patricia. “Mis hijos y yo estamos sorprendidos. Hace apenas una semana estuvimos toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados”, decía aquellos días Patricia, que era esposa y prima carnal de Vargas Llosa.
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Ella había ocupado años antes el mismo lugar que Isabel en la vida de Mario. Él dejó a su primera mujer y tía política, Julia Urquidi, por Patricia cuando coincidieron en París, donde él residía y ella acababa de llegar para estudiar en la Sorbona. Una relación a tres y una ruptura que dieron también mucho que hablar en su momento. Si quieres estar al día de las exclusivas de Lecturas, no dudes en apuntarte a nuestro canal de Whatsapp. Haz click aquí.
Años después, el escritor contaría su historia de amor con su primera esposa en una de sus obras maestras, ‘La tía Julia y el escribidor’. Patricia acabaría siendo a su vez víctima del enamoradizo corazón de Vargas Llosa, que la dejó y se fue a vivir con Isabel Preysler a su mansión de Puerta de Hierro. Allí convivió con Tamara y Ana Boyer, con la que no tuvo nunca una buena relación. En 2022 pusieron fin a su historia de amor. A todas luces, no en muy buenos términos.
El escritor recuperó su relación con sus hijos y retomó su vida en Lima al lado de Patricia, a la que dedicó en 2023 su última novela. Según cuentan, desde que Mario volvió, el nombre de Isabel Preysler era tabú en el hogar de los Vargas Llosa.
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