En julio del 2010, ha desvelado, Ana Rosa Quintana era diagnosticada de un cáncer de mama en estadio uno. Apenas unas semanas más tarde, la operaban para retirarle el tejido canceroso. En septiembre, con su reincorporación a su programa, llegarían las sesiones de radio. Todo este proceso lo realizó con una única máxima: que el cáncer no paralizara su vida. Y no lo hizo.
Ana Rosa, en su importante revelación a la audiencia de su programa, les ha contado que pasó la enfermedad y que, actualmente, está curada. Además de hacer hincapié en la importancia de realizarse revisiones periódicas, ha dado un consejo a aquellos que se topan con la enfermedad: continuar con su vida como si nada. Ella fue lo hizo. Tenía una enfermedad, sí, y se trataría para vencerla, pero seguiría adelante con los mismos planes que hacía hasta entonces. Esto incluía: jugar con sus hijos, que entonces tenían 6 años, viajar, quedar con amigas, trabajar, aprovechar cada oportunidad para disfrutar junto a su marido, que fue su mejor apoyo… todo con absoluta normalidad, y fue precisamente eso su tabla de salvación; por eso ahora es su mejor recomendación.
A la hora de enfrentarse a una enfermedad de estas características es importantísimo mantener un estado anímico lo más alto posible y esto se consigue, en parte, no cediendo ante el miedo que puede provocar el diagnóstico del cáncer.