La estrategia de José Luis en ‘First Dates’ para derribar los muros de la desconfianza de Tere

El empresario ha sido todo un zalamero con la pensionista en 'First Dates' y al final le ha valido para tener una segunda cita

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

First Dates
Mediaset España

Que hayas tenido malas experiencias en el amor no significa que siempre vaya a ser así. Es lógico que te muestres más desconfiado y que seas más precavido o precavida, pero procura no cerrarte puertas. Evitar prejuzgar de primeras. Tere (60 años), una pensionista de Valencia, ha llegado a ‘First Dates’ con el escudo puesto. Menos mal que José Luis (62) ha conseguido derribar esos muros. El empresario de Benidorm, Alicante, se considera un macho español en plena forma física y de salud. "Tengo una energía que flipas. Me encanta bailar, montarme en un avión e ir de aquí para acá, montarme en un barco…", ha reconocido a las cámaras del dating show al llegar.

Lleva diez años sin pareja y, aunque ha tenido algún idilio entre medias, está cansado. Quiere algo serio con una mujer "simpática, comunicativa y sobre todo que sea buena persona". Él, a cambio, se ofrece en todo su ser. "Los tauro somos un amor", ha añadido mientras charlaba con Carlos Sobera (64 años). Tere le ha gustado mucho, le ha dado buena impresión. Sin embargo, ella se ha mostrado desconfiada desde el principio. Ha dejado muy claro que con la edad que tiene ya no está para que la tomen el pelo. De ahí que se presente como una persona muy complicada. Su vida, como así le ha contado a José Luis durante la cena, es su familia, formada por su hija, su marido y sus dos nietos.

A partir de ese punto de la cena, José Luis le ha dejado hablar entre cero y nada. El empresario ha tomado la palabra contándole sus dramas económicos. "Monté una cafetería hace ya algunos años. Me gasté 150.000 euros en reformarla y todos los meses pagaba de alquiler 2.800 euros al mes en el barrio de Salamanca y no me fue bien. La cerré. Perdí mucha pasta, 300.000 euros en tres años", ha confesado. También leha contado que ha puesto infinidad de negocios a sus parejas: "He sido un cacho de pan toda mi vida y estoy cansado de que las mujeres se aprovechen de mis circunstancias. Estoy muy aburrido de ese tema. Luego me han venido las cosas mal dadas. Un constructor me dejó a deber 300.000 euros, otro 200.000, después los obreros me robaron…".

Ante este drama, Tere solo le ha deseado que estuviese ya recuperado, que sí, y le ha recalcado que ella no es "de esa clase de mujeres". En su interior (y detrás de las cámaras de ‘First Dates’) ha reconocido que no le había hecho ninguna gracia: "A mí no me gusta que me vacilen de dinero porque yo no soy un monedero. No soy monedero de nadie y me tira un poco para atrás eso". También que no entiende cómo le cuenta eso en una primera cita. 

José Luis le ha seguido contando sus cosas. Ha pasado de sus dramas a presumir de sus bondades en la cocina (algo que ella no se ha creído) y en la pista de baile. "No me fío que sepa cocinar. Me lo tendría que demostrar y no con una tortilla de patatas", ha dicho ella. Al final se lo ha demostrado en el reservado. Al menos lo del baile. José Luis ha dado buena cuenta de sus seis meses en República Dominicana y ha dejado sorprendida a su cita. Mucho más que con el beso que le ha espetado en el cuello que, según Tere, "no ha sido para tirar cohetes".

José Luis se ha pasado toda la cena pico y pala con Tere, destacando su belleza y demostrándole que, por su parte, hay interés. Un zalamero en toda regla. Aunque de primeras la cosa parecía que no iba a cuajar, su estrategia le ha servido para ganarse otra cita con Tere con la promesa de que siga demostrándole que baila bien sobre la pista.