De su buen funcionamiento depende en gran parte tu salud. Para saberlo basta con un análisis de sangre y orina anual. Y para evitar que fallen es clave controlar el azúcar, la tensión y vigilar lo que comes. El trabajo de los riñones podría compararse al de un termostato. Cuando funcionan bien, tu cuerpo se siente cómodo, como si estuviera en perfecto equilibrio. Pero cuando fallan todo tu organismo puede resentirse.
Cuidarlos es sencillo
Ten en cuenta que filtran a diario casi 200 litros de sangre para eliminar desechos del cuerpo a través de la orina. Y sin esa perfecta tarea de limpieza, se acumularían sustancias tóxicas para el cuerpo. A pesar de ello, en el ránking de "preocupaciones" respecto a nuestra salud, son los grandes olvidados. Los relacionamos con los cálculos o piedras, pero no somos tan conscientes de que si su función se altera pueden haber problemas de corazón, huesos... La buena noticia es que los médicos alertan que cuidarlos y prevenir que enfermen es sencillo porque su buen funcionamiento está relacionado con lo que comemos. Además, es muy importante conocer todos los síntomas que avisan de que no están trabajando bien porque el proceso de deterioro también puede detenerse con buenos hábitos.
Señales a las que debes prestar atención
La enfermedad renal suele avanzar lentamente y de forma silenciosa. Por eso conviene estar atenta ante las señales que te envía tu cuerpo y que pueden alertarte de que tus riñones empiezan a resentirse. Para ayudarte, lee atentamente las siguientes preguntas. Si respondes de forma afirmativa a la mayoría de ellas acude al nefrólogo.
1. ¿Has notado cambios en la orina?
Si tienes la sensación de no vaciar bien la vejiga cuando vas al baño o notas presión en la zona, te levantas varias veces por la noche a orinar pero no lo consigues o lo haces en poca cantidad, puede ser una señal de que los riñones no trabajan a pleno rendimiento. En cuanto al color, si la orina es muy oscura o con sangre es señal de infección en la vías urinarias, piedras en el riñón o de insuficiencia renal, porque los vasos sanguíneos de los riñones están dañados. Y si presenta burbujas o un aspecto espumoso se debe a que hay proteínas que se pierden por la orina.
2. ¿Te sientes fatigada sin motivo aparente?
Ya hemos dicho que los riñones son los responsables de estimular la médula ósea para que produzca glóbulos rojos, a su vez responsables de transportar el oxígeno de los pulmones a todo el organismo. Pero cuando el oxígeno no llega por una baja producción de glóbulos rojos es normal que te sientas cansada.
3. ¿Estás destemplada y te dan escalofríos?
La causa también puede ser un mal funcionamiento de los riñones porque un nivel de glóbulos rojos bajos no solo provoca cansancio y debilidad, también hace que te sientas destemplada o te den escalofríos aunque no haga frío.
4. ¿Te levantas con bolsas en los ojos?
Los riñones son los responsables de mantener en equilibrio los líquidos existentes en el organismo. Por eso, cuando bebes mucho, crean suficiente orina para que no los acumules en exceso. Pero si la función de estos órganos disminuye, pierden la habilidad de crear orina. Resultado: acabas reteniendo cada vez mayor cantidad de líquidos, con lo que notas los tobillos más hinchados de lo habitual, sientes que el calzado te va pequeño, te levantas con bolsas en los ojos, se te hinchan las piernas especialmente cuando llevas rato parada…
5. ¿Tienes sensación de ahogo?
El edema, o la retención de líquidos, puede provocar que también se acumule líquido en los pulmones, originando sensación de ahogo o falta de aire. Además, si no llega bien el oxígeno a todas las partes del cuerpo por la falta de glóbulos rojos también aparece sensación de ahogo.
6. ¿Sientes náuseas y te duele la cabeza?
El principal trabajo de tus riñones es eliminar los desechos de la sangre. Cuando su función disminuye se acaban acumulando en la sangre (especialmente urea, creatinina, fósforo y potasio) hasta llegar a unos niveles perjudiciales para la salud. Es lo que se denomina síndrome urémico o uremia. Provoca náuseas, vómitos, dolor de cabeza… También es responsable de fuertes picores.